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Martín Schmitt

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“El balonmano salvó mi vida”

Se propuso no llorar durante su intervención. Y su propósito duró un minuto y medio. Lo que tardó Rubén Garabaya en recordar a sus primeros entrenadores en el Corvera: Julio, Armando, Tejero, Mino, José Antonio, “que me enseñaron a ser jugador y competir”. Ahí brotaron las primeras lágrimas en el rostro de Rubén Garabaya, que después de 22 años de carrera profesional se despidió del balonmano en una rueda de prensa en la que los sentimientos estuvieron a flor de piel. Porque, como explicó, “el balonmano me salvó mi vida”, sacándole de las calles de un barrio muy humilde. A partir de ahí, Garabaya recordó a Manolo Cadenas, que le llevó al Ademar y “que me convirtió en un hombre y me enseñó a competir”. También comentó su paso por Cangas de Morrazo, que coincidió con la muerte de su madre, una experiencia que le sirvió para madurar. “La suerte quiso que pudiese fichar por el Valladolid de Juan Carlos Pastor y Jota González, y tener de compañeros a Raúl González y David Pisonero, que me enseñaron lo que sé y con los que logré mis mayores éxitos deportivos”, dijo sin que se le escapara otra lágrima al asturiano.

Garabaya durante su intervención frente a los medios. Foto: Juan Marín

Garabaya durante su intervención frente a los medios. Foto: Juan Marín

Garabaya también se acordó de su paso por el Barcelona, “que siempre será el Barcelona y estará ahí”. Quería que sus hijos supiesen que había jugado alguna vez en el Barcelona. Un club con el que ganó todo salvo la Liga y la Champions, sus fracasos más grandes en su vida deportiva, según sus palabras. “No tuve suerte”.

Y luego, en el 2010, desembarcó en el Ciudad de Logroño, “un club que me lo ha dado todo, que me ha hecho echar raíces”. El pivote reconoció que su fichaje representó una “apuesta arriesgada” para las dos partes. “Apostaron por mí y mi máxima aspiración fue responder con la máxima de las responsabilidades”, indicó al tiempo que aseveró que el que estuviese Jota González en el banquillo franjivino “fue clave”. “Algo bueno tenía que salir. Es un gran técnico, un gran amigo”, señaló.

Otro momento de la emotiva rueda de prensa del pivote. Foto: J. M.

Otro momento de la emotiva rueda de prensa del pivote. Foto: J. M.

Deseó el 17 la mejor suerte para el club y a sus compañeros se atrevió a dar un consejo: “Que tratéis de hacer todo lo posible para que algún día estar en esta situación con la misma felicidad que yo en estos momentos”. Garabaya se sorprendió en todo momento de la cantidad de gente que asistió al acto, entre ellos su gran amigo Albert Rocas, llegado esa misma mañana de Madrid junto a su mujer Estefanía y sus pequeñajos Sofía y Gonzalo. “Significa mucho tenerte como amigo”, le dijo a su excompañero de fatigas en el Barça, la selección y Logroño.

Llegó el turno de las menciones especiales. Su madre, en primer término, apellido que lleva esta última temporada en la espalda “para honrar su memoria”. “Tuve la desgracia de perder a mi madre y no pude compartir con ella mis mejores éxitos deportivos”, afirmó. Luego fue el turno de su padre, “que hizo lo más importante que fue crear mi futuro”. Recordó entonces las veces que su padre hacía hasta 16 horas de trabajo y que llegaba a casa con los ojos llenos de virutas de acero que su madre cuidadosamente quitaba. “Te doy gracias por todos esos sacrificios”, dijo entre sollozos.

Garabaya, con lágrimas en los ojos, se dirige a los medios.

Garabaya, con lágrimas en los ojos, se dirige a los medios.

Fue el turno de agradecer a su mujer, Nuria, destacando lo difícil que es “aguantar” a un jugador profesional. “Y ella ha sabido absolutamente todos los días de nuestras vidas saber cómo tratarme… No sé cómo lo hace. Te quiero”.

Sobre el final, y antes de contestar las preguntas de los medios, hizo hincapié en que siempre ha tratado de ser una buena persona, respetando sus principios y pidió disculpas a quienes se hayan sentido ofendidos por él en algún momento. “Siempre he intentado hacer lo mejor”. También agradeció a la afición franjivina, que animan cuando más lo necesita el equipo. “Este año lo hemos sobrellevado mucho mejor gracias a ellos”.

Garabaya bromea junto a sus compañeros y amigos. Foto: Juan Marín

Garabaya bromea junto a sus compañeros y amigos. Foto: Juan Marín

Para terminar contestó algunas preguntas de los medios. Comentó, entre otras cosas, el gran honor que significaba para él el que el club retirara su número. “No sé si soy merecedor de semejante honor, pero estoy muy agradecido”.

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