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Teri Sáenz

Chucherías y quincalla

“El copago farmacéutico era la última solución”

Ministra de Sanidad entre abril del 2009 y octubre del 2010 y actualmente secretaria de Política Social del PSOE, Trinidad Jiménez (Málaga, 1962) ha recalado en La Rioja para fijar la posición de su partido contra una medida que juzga «injusta» y, a su juicio, no generará el ahorro previsto.

-¿Es justa y necesaria la implantación del copago farmacéutico?
-Había que hacer ajustes, pero dudo mucho que el ahorro que se propone pueda arreglar el problema de sostenibilidad. Es mejor buscar otro tipo de soluciones que la de gravar a un colectivo como el de los pensionistas al que le va costar un gran esfuerzo y puede tener repercusiones en el ámbito de su salud. El copago era la última de las soluciones; antes había otras alternativas de carácter organizativo, empezando por poner en marcha un sistema público de subasta de medicamentos.
-El PP sostiene que era imprescindible para garantizar el mantenimiento del sistema.
-España está en el 6,5% del gasto del PIB en salud según el último informe de la OCDE, tres puntos aún por debajo de la media de la UE. Es, además, un sistema de gran accesibilidad y con una amplia cartera de servicios. Por lo tanto, el modelo es sostenible y España puede permitirse mantener ese coste. Lo que ocurre es que con la crisis hay que restringir el gasto público, por un lado dotando de más ingresos al sistema público de salud y por otro, con ajustes. Eso puede hacerse sin necesidad de aplicar el copago. ¿Qué puede ahorrar? ¿400 millones a lo sumo en un gasto global que ronda los 70.000? Hay otras alternativas.
-Pero el copago farmacéutico siempre ha estado sobre la mesa, y sólo ahora se ha dado el paso.
-Siempre se ha suscitado ese debato, sobre todo por ciertos grupos. En unos países se introdujo el copago desde el inicio del sistema, y en otros donde se ha aplicado posteriormente como en Portugal se ha visto que no ha caído el gasto en salud sino que se ha incrementado incumpliendo así el objetivo de sostenibilidad. Pero es que además en España no va a suponer una inyección para el sistema, porque lo que se ahorre en medicinas no va a repercutir en el sistema nacional de salud. El PP tiene que hablar claro: se ha hecho para intentar reducir el déficit público de la administración.

trinidad jimenez
-¿Es justo que el País Vasco opte por no aplicar el real decreto?
-Creo que es una decisión acertada. El Gobierno de Patxi López ha dicho que puede asumir la parte que tendrían que pagar los pensionistas vascos. Ha hecho sus cálculos, ve que pueden asumir la diferencia y, dentro del ejercicio de su autonomía, se ha opuesto el copago en línea con la creencia del PSOE de que es injusto e ineficaz.
-¿No se crea así una asimetría en el sistema pareja a la que se suscitó con la asistencia especializada de alaveses en el San Pedro de Logroño?
-En La Rioja, con todos mis respetos, veo una tendencia a buscar una posición victimista en relación a Euskadi. Esas cuestiones de frontera las he vivido como ministra en otras muchas comunidades, y siempre se han buscado mecanismos de compensación. La cuestión no es exacerbar un sentimiento de víctima en un lado u otro sino que seamos capaces, dentro del sistema público de salud, de buscar un equilibrio para preservar derechos y servicios. En el caso que usted alude se firmó un acuerdo, y todo el mundo supo que era justo, equitativo y solventaba los problemas. Ahora lo que pasa es que el Gobierno vasco va a pagar las medicinas a sus pensionistas , pero no es Euskadi quien crea una situación de desigualdad que sí creó, por ejemplo, el Gobierno catalán al aplicar un euro por receta con el apoyo del PP.
-Cuando en su día Madrid barajó desoír la Ley Antitabaco, el PSOE le acusó de quebrar el sistema.
-Se suscitó el debate, pero Madrid al final la acató. La diferencia es que aquella fue una ley adoptada por razones de salud pública, mientras que el País Vasco recurre ahora el real decreto arguyendo invasión de competencias autonómica y la convicción de que es inconstitucional porque iría contra tres leyes que consagran la universalidad y el acceso a las prestaciones sanitarias.
-¿Cree, en cualquier caso, que el copago farmacéutico puede ser la antesala de otro de más alcance?
-El Real Decreto Ley no sólo fija un sistema de aseguramiento y el cobro a los pensionistas sino que también prevé desarrollar el copago para prótesis externas y transporte no urgente. Además, en vez de hablar de una cartera básica más reducida se prevé otra accesoria y una tercera complementaria en función de la capacidad de gasto de cada comunidad introduciendo así una derivada de desigualdad en el territorio. Mi impresión es que éste es un primer paso para abrir la puerta al copago en servicios y prestaciones sanitarios, cuando la enfermedad no es una elección y se habla de ello con frivolidad. Mi temor es que se deje abierta la puerta a la entrada del sector privado con medidas que incentivan a la gente a suscribir seguros particulares.

Fotografía: Justo Rodríguez


julio 2012
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