>

Blogs

Teri Sáenz

Chucherías y quincalla

Ruth y José, dolor de madre

Entre las cláusulas del contrato emocional que una mujer suscribe al salir del paritorio hay noches en vela, varicelas intempestivas, cólicos recurrentes, berrinches que minan la paciencia. La letra pequeña de la crianza incluye también miedos aliñados con dudas, errores, disgustos y renuncias que van revelándose aleatoriamente y, por más que digan, nunca son idénticos a las que otras madres tuvieron o tendrán. En el reverso del formulario hay recogidos instantes que a veces compensan cualquier contratiempo. Los hay de todos los tamaños, y tienen la virtud de acabar imponiéndose en la memoria a medida que transcurre el tiempo: desde una inesperada sonrisa de madrugada hasta un diente de leche que asoma por la encía, o quizá el olor que desprende el niño al salir del baño que precede al sueño.

ruth y joseA veces se dan situaciones tan dramáticas que hieren la condición humana en los que a una madre le surgen obligaciones que nunca habría supuesto. Es lo que ha sucedido con la madre de Ruth y José, abocada a pagar un informe privado que desmiente el que han realizado los presuntos profesionales de la Policía Científica certificando que los huesos encontrados en la finca familiar no son de ratones, sino de dos niños con una edad similar a los que desaparecieron de la mano de un padre con ojos de loco. Sólo ella sabe cómo el dolor más intenso habita, algunas malditas veces, en la parcela más oscura y cruel del amor.


septiembre 2012
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930