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Fernando Sáez Aldana

El bisturí

Una comparación odiosa

Otro año más, la organización de consumidores Facua ha publicado un estudio comparativo de los costes para la obtención del permiso de conducir en 296 autoescuelas de treinta ciudades españolas, entre ellas Logroño. Y, por segundo año consecutivo, los aspirantes a conductores riojano –sus padres, mayormente– son los que más tienen que soltar para conseguir el ansiado carné: nada menos que 1.083 euros, frente a los 708 de media y los 500 de Granada o Badajoz. Eso, aprobando a la primera; suspender dos veces te puede costar hasta quinientos pavos más (el último suplemento «Motor» de este diario informaba del alarmante incremento de los suspensos en los exámenes de conducir en La Rioja).

Pues bien, lo que a un servidor de verdad le alarma en este asunto es el elevado número de borricos al volante que pululan por esta provincia, sobre todo por su capital, rompecoches de todas las Riojas, cuyas vías públicas están infestadas de velocirráptores, saltadores de semáforo, invasores de rotonda, arrollapeatones, dadores por detrás, doblefílicos, giradores y cambiadores de carril sin darle al intermitente, etcétera. Si resulta que estos pésimos conductores son los que han conseguido la hazaña de aprobar después de pagar un dineral, oigan, una de tres: o en nuestras autoescuelas no les enseñan tan bien como les cobran, o los «ingenieros» examinadores de Tráfico son tipos más duros que Chuck Norris (aunque tanto borrico aprobado lo desmiente) o, y es mi teoría, eso de la «educación vial», que es un aspecto de la educación en general, no figura entre los puntos fuertes del riojano.

Quizá debiera abrirse un debate sobre el complejo y costoso procedimiento vigente en España para obtener el permiso para embestir al de delante o atropellar a la anciana en el paso de cebra: pasar por el aro monopolístico de las autoescuelas amparado por la DGT. Para sacarte el carné en California, por ejemplo, sólo tienes que presentarte en una oficina pública, previa cita por internet, y demostrar que conoces las normas (acertando 30 de las 36 preguntas razonables de un test) y que has practicado lo suficiente con el vehículo que tú mismo aportas a la prueba, aunque sea alquilado. En tal caso, te conceden el permiso en dos horas, con un coste de unos 27 euros que incluye tasas, examen visual y fotografía, y si no apruebas a la tercera pagas 4,5 euros por repetir el examen. La comparación con lo de aquí podrá resultar odiosa,  pero a que alucina.

(el-bisturi.com)

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Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.