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Fernando Sáez Aldana

El bisturí

Il ritorno di Pedrusco in Babia

(Secuela de la opereta Il Sorpasso)

 

Don Mariano della Casta (bajo), ya Archiduque de Génova

Sor Aya (soprano), su larga mano derecha

Pedrusco «il Cansinoesno» (tenor bastante dramático) depuesto jefe de los Ferrazzi

Paolo «il Coletto» (tenor spinto), caudillo de los indignati, cabreati, disperati

Erregionino «L’imberbbe» (voz blanca), pupilo de Paolo

Susanna (soprano ligera), Baronesa de la Bética

Pacci «Camaleone», intrigante, ex virrey de Basconia

El Vizconde de La Junquera (bajo obstinado), traidor Vicevirrey del Principat

Barones, sicarios, traidores, militantes, anticapitalistas, rufianes, indignados, la gente.

 

Acto I.

Tras un año de asedio a la fortaleza de los Casta,  ferrazzi partidarios de la baronesa Susanna levantan el sitio tras defenestrar al empecinado cabecilla Pedrusco que, arteramente aconsejado por su escudero Pacci, emprende el exilio (Aria «Compagni e compagne, e’stato un orgoglio»). Reforzado con la vuelta a casa por Navidad de su bastardo Bertino, Don Mariano recupera el control del Archiducado (Cavatina «Ora mi fumo un puro») mientras los indignati, cabreati, se repliegan a sus cuarteles de infierno donde se entregan a todo tipo de excesos (Cuplé bufo «Zuppame la minga Susanna, che mi viene la ganna»).

 

Acto II.  

La frustración por no conquistar el poder rompe a los indignati. El joven Erregionino se rebela contra su mentor mientras radicales anticapitalisti infiltrados amenazan con destruir la facción (Coro «¿Rivoluzionari? Voi siete nenazze!».

Sin cabeza, el clan de los Ferrazzi se desangra en un conflicto intestino, bastante grueso desde la violenta deposición de Pedrusco. Los otrora incondicionales del ahora llamado «il Cansinoesno» por su contumacia le vuelven la espalda y hasta su fiel Pacci «Camaleone» lo zancadillea cuando intenta regresar (Arioso «Prende pugnalata trappera, capuglio!»), mientras Susanna permanece agazapada en su baronía (Romanza «Quehto non è il momento, arma mia!»).

Para combatir la revuelta separatista del Principat, Casta envía a Sor Aya, mal vista por el Vizconde de la Junquera, con un arma temible (Recitativo y aria «Trema, furfante!.. Un dialogo leale e sensibile»).

 

Acto III.

En la refriega de Vistallegra sicarios de Paolo liquidan al piccolo Erregionino poniéndole cicuta en la leche (Nana «Caro bambino, prende il biberonino»). La guerra civil de los Ferrazzi se precipita. Ignorado por los barones, Pedrusco solivianta a sus partidarios, los feroces milittanti, y emprende una marcha sobre su antiguo castillo (Coro «C´è acqua in piscina!»). Pacci sale a su encuentro en plan conciliador (Arioso «Era uno scherzo, tonto!») pero es aplastado por la chusma. La baronesa moviliza sus huestes y se hace fuerte esperando el ataque, que logra repeler. Abandonado por todos, Pedrusco pone rumbo al reino de León, donde el ex caudillo Zetapero le ofrece asilo en su feudo de Babia (Dúo «Addio Ferrazze, addio ciollo divino!»).

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Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.