>

Blogs

Fernando Sáez Aldana

El bisturí

Ola de tontería

Crece de modo imparable la tendencia a la corrección en el lenguaje, es decir, a no llamar a las cosas por su nombre, en particular las más feas. Así, no tener un duro es “carecer de liquidez”, “comerciar en B” es defraudar al fisco, los enfermos tienen “problemas de salud”, los suburbios son “zonas residenciales”, las chapuzas son “efectos adversos”, las violaciones “abusos” y los abortos “interrupciones voluntarias del embarazo”; “sustraer” una cantidad es robarla y “ocupar” una vivienda, allanarla. Los ancianos son “mayores”, los pobres “menos favorecidos” y la limosna “ayuda humanitaria”. Indefensos rehenes y reos de “pena capital” son “ajusticiados” o “ejecutados”, no asesinados, las matanzas civiles de los “conflictos armados” son “daños colaterales”, los terroristas que se suicidan son “activistas” que se “inmolan” y los cadáveres “cuerpos sin vida”. Pero lo de la meteorología clama al cielo. Ya no existen las borrascas invernales de toda la vida sino cataclísmicas “olas de frío polar” o inexplicables “frentes de frío siberiano”, ni la canícula de todos los veranos sino aniquiladoras “olas de calor”. ¿Cómo es posible que algo tan normal, esperado y antiguo como la elevación de la temperatura estival se perciba como una plaga bíblica y dé lugar a gabinetes de crisis, alertas sanitarias, grandes titulares y alarma social? Resulta especialmente exagerado y hasta ridículo en una región donde algunos veranos caen en jueves. Los jóvenes van a pensar que sudar por estas fechas es el resultado de una amenaza extraterrestre o de un virus informático, mientras que ya existían bochornos y heladas, y peores, cuando en las casas no había frigorífico, calefacción o aire acondicionado. Lo que pasa es que la “víctima de hipertermia maligna” o fiambre presuntamente cocido por la calorina (sin rigor científico alguno) es un nuevo dardo incorporado a la aljaba política. ¿Que qué deben hacer las autoridades para proteger a los contribuyentes del “golpe de calor”? Pues a quien tenga posibles (aún no entra en el Seguro) recomendarle el veraneo cantábrico, y al que no aire, agua y sombra. Y sentido común. ¿Ola de calor? Tsunami de chorrada es lo que hay. Perdón, de “tontería”.

Temas

Por Fernando SÁEZ ALDANA

Sobre el autor

Haro, 1953. Doctor en Medicina especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología jubilado en 2018, ya escribía antes de ser médico y lo seguirá haciendo hasta el final. Ha publicado varios libros de relatos y novelas y ha obtenido numerosos premios literarios y accésits. El bisturí es una columna de opinión que publica Diario LA RIOJA todos los jueves desde 2004.