“Es fácil burlarse del que se equivoca, pero no es sencillo acceder a sus intuiciones luminosas”, Josep Lapidario
Pensar en viajar a otros mundos nos lleva a imaginar viajes espaciales a planetas desconocidos. La ciencia ficción ha plasmado ampliamente estas fantasías en libros y películas, creando todo un imaginario colectivo que las retroalimenta y las hace fácilmente reconocibles. Dentro y fuera de la realidad existe un amplio ideario extraterrestre, pero ¿qué pasa con el intraterrestre? Este también cuenta con sus propias teorías, ficciones y evidencias. A ellas está dedicado el libro ‘Mundo subterráneo’, publicado por la editorial La Felguera en diciembre del año pasado.
Esta obra cuenta con la pluma de los escritores españoles Josep Lapidario, Frank G. Rubio, Javier Urdanibia, Javier Calvo, Elena González, David Bizarro, Grace Morales y Álex Portero, cuyos textos abordan el título del libro desde el arte, la ficción o el ocultismo. Junto a ellos se encuentra la primera traducción al castellano, realizada e introducida por Eduardo Sierra Valentí, de un fragmento de ‘Mundus subterraneus’, una amplísima obra escrita por Athanasius Kircher y publicada en 1665. Los escritos están acompañados de numerosas ilustraciones vintage, principalmente de relatos fantásticos y mapas, en una cuidadísima edición que enriquece la obra estimulando los sentidos y la imaginación del lector. Una labor cuya guinda podría haber sido la referenciación de dichas imágenes.
Tras una breve nota de los editores en la que se expone el contenido del libro, este se inicia con el texto de Josep Lapidario. En él, a través de una pequeña ‘trampa’, el escritor obtiene un punto de vista desde el que acercarse a los textos y poder disfrutarlos. Y es que las creencias antiguas sobre el interior de nuestro planeta ocupan casi toda la obra, que no trata de convencer al lector de las mismas ni de estigmatizarlas, tan solo las expone.
Con esta mente abierta, que no crédula, el lector se va adentrando, como en el viaje de Julio Verne, en los consecutivos textos de Frank G. Rubio y Javier Urdanibia. Este último se centra en la obra del célebre escritor, mientras que el primero, sin dejar de lado la ficción, trata sobre el empeño del hombre por adentrarse en lo desconocido y conquistar todo el espacio que le rodea, incluso el que está bajo sus pies.
Tanto el ‘Viaje al centro de la Tierra’ de Verne, como la teoría de la Tierra Hueca y el mito de Agartha, el reino subterráneo descrito por Helena Blavatsky, son referenciados constantemente a lo largo del libro, y constituyen los tres pilares desde los que parten, o hacia los que se enfocan, los escritos.
Los textos de Kircher ocupan la parte central de la obra. En ellos se manifiestan sus creencias religiosas como las impulsoras de todo su trabajo, lo que constituye, como explica Valentí, “el ejemplo más interesante de la ciencia jesuística del siglo XVII”.
Pero no todo se oculta bajo la tierra que pisamos, el agua que la rodea también encierra sus propios mitos y leyendas, alimentados por la inaccesibilidad del hombre a sus profundidades. A ellos están dedicados los textos de Javier Calvo y Elena González junto con David Bizarro, que se centran en las criaturas subacuáticas presentes tanto en las fantasías como en hechos, supuestamente, reales.
A continuación se encuentra el capítulo más centrado en España, concretamente en Madrid, escrito por Grace Morales. Es también el texto más político y crítico, en el que se repasan los numerosos ‘tesoros perdidos’ que, según el autor, han sido ignorados y maltratados por las obras en la capital de nuestro país.
El último escrito corre a cargo de Álex Portero, que trata las raves, a Helena Blavatsky y la ‘Alicia en el país de las maravillas’ de Lewis Carrol, entrelazándolos en una prosa confusa pero atrayente. Una espiral de palabras que, como en un cuento, tienen un inicio, un nudo y un desenlace. Con él concluye un viaje elaborado por distintos guías pero perfectamente cohesionado. El tono accesible de los textos junto con la acertada traducción permiten al lector adentrarse página a página en un mundo de conocimiento. Y es que, como afirma Portero, “quienes emergen triunfantes del viaje subterráneo cambian para siempre”.