>

Blogs

Mayte Ciriza

Que quede entre nosotros

Sumisión

“Tápate ese escote, vaya pinta que llevas, qué quieres, que te mire todo el mundo”, “haces el ridículo, no me gusta que te miren”, le dice Jonathan a Vanesa, los dos adolescentes. Comportamientos así están a la orden del día en nuestros jóvenes porque piensan que es una manera de demostrar su “amor”, ¡y con 16 años! Lo malo es que a las chicas les parece normal que su chico les diga “hoy no sales con tus amigas” o “se te clarea la falda, pareces cualquier cosa, qué guarra”. Si alguno creía que hemos avanzado en igualdad y en respeto a las mujeres en la adolescencia, pues está muy equivocado.

Según un reciente estudio de varias Universidades sobre la violencia en la pareja entre jóvenes de 16 a 20 años, el 70,7% de las chicas no es consciente de que el insulto o la humillación sean malos tratos. Si hablamos de chicas que han sido maltratadas, el porcentaje se ha duplicado en 6 años, del 3,6% al 6,5%. Es demoledor ver que las jóvenes creen que “los celos son una muestra de amor” (siete de cada diez), o que afirman que “las mujeres necesitan protección masculina” y que la chica tiene que “complacer al chico”.

El mencionado estudio recoge testimonios sobrecogedores, muchachas que dan por normal relaciones basadas en la agresividad del chico –“te mereces una bofetada”-, y que dan por normales frases en la relación de pareja como “tú no tienes ni idea, cállate”, o que les parezca bien “que mi novio me lea los mensajes del móvil cuando quiera”. Y es que al hablar de violencia machista, no hay que pensar sólo en la física, están también la verbal o la emocional. Por increíble que parezca, las adolescentes de ahora están más expuestas al machismo de lo que lo estuvo mi generación. Lo terrible es que las jóvenes no identifican esa violencia, porque el discurso oficial es que hay igualdad, pero es una falsa situación de igualdad, ya que socialmente se siguen repitiendo los mismos clichés machistas de hace años.

Estas situaciones de control por parte de ellos y de sumisión por parte de ellas tienen un riesgo muy importante de acabar en maltrato, porque el machismo es el embrión de la violencia de género. La clave está en la educación. Cuanto antes se empiece a educar en igualdad, mejor. De todas formas lo malo es que la tele es la fuente principal de educación, y los programas y series que ven las adolescentes perpetúan esta manera machista de entender las relaciones de pareja. Por mucho que hagamos, si seguimos con programas de ese tipo, avanzaremos poco.

Si las mujeres han vivido siglos sumisas, aceptando que les impusieran su rol y su forma de vida, en pleno siglo XXI es inaceptable que a las jóvenes nadie, ni siquiera sus novios, por enamorados que estén, les digan qué deben hacer o cuál es su misión.

Temas

Por Mayte CIRIZA

Sobre el autor