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Buscando futuro

 

Durante aquel frío mes de enero leyó con pasión el libro Mujercitas que Louisa May Alcott escribió en 1868. Sus amigas se rieron un poco porque creían que eran un libro demasiado trasnochado y con poca sintonía con el mundo acelerado y frenético en el que vivían. Sin embargo, ella nunca dejó de sentir una especial atracción por el personaje de Josephine (Jo), aquella chica rebelde que luchó contra viento y marea hasta conseguir ser escritora. Mis amigas se ríen, pero –pensó- no hay nada en el mundo más estimulante que perseguir un sueño. Aquel verano terminó la secundaria con muy buenas notas y decidió matricularse en el bachillerato científico porque, aunque seguir los pasos Marie Curie fuera imposible, quizás un día podría dedicarse a la investigación y contribuir a que en España se acabara con el viejo tópico de ¡qué inventen ellos! que, con tanto ardor, había pronunciado Unamuno en 1906. Años más tarde, Estibaliz se licenció en Ciencias Físicas y tras realizar un máster y obtener el Diploma de Estudios Avanzados se doctoró en mecánica cuántica con una tesis que obtuvo el Premio Extraordinario. Así, consiguió un contrato para trabajar en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Estíbaliz no cobraba mucho pero era feliz, compartía piso con unas amigas y se sentía independiente y ya no era una carga para la familia. Su línea de investigación iba dando sus frutos y pronto iban a poder presentar los resultados.

Aquellos días el comentario de los corrillos del centro era que una vez más, según contaba la prensa, España ocupaba el furgón de cola de la inversión en investigación flanqueada por Grecia, Portugal y Hungría. No obstante, eran los rumores de recortes por la crisis lo que más preocupados tenía a todos los becarios e investigadores. Un mes más tarde, varios equipos de investigación, entre ellos el suyo, fueron víctimas de los tan cacareados recortes presupuestarios. No sólo estaban despedidos, sino que todos los avances que iban a culminar en una nueva patente se iban al carajo sin remedio ahora que estaban en fase de culminar el proyecto.

 

Había dedicado los últimos meses a enviar el currículum a todos los sitios posibles, incluso tenía un currículum especial en el que sólo declaraba haber terminado el bachillerato para tratar de encontrar trabajo aunque fuera de reponedora en un supermercado. Cuando estaba tan desesperada como Jo en Mujercitas, recibió una carta de su amiga Alicia desde New York animándole a irse con ella para buscar una posibilidad de trabajo más acorde con su formación. No lo dudó, se lo dijo a sus padres y a Héctor, su novio, y se decidió a cruzar el charco como Colón a la conquista de América, era necesario perseguir un sueño para atisbar otro futuro. Mientras hacía la maleta escuchó en la radio que la estatua que iban a colocar en el aeropuerto sin aviones de Castellón costaba 300.000 euros y que el exdirector general de Empleo de la Junta de Andalucía había derrochado 900.000 euros en juergas y cocaína. Mucha cocaína me parece -pensó ella- y mucho sinvergüenza sin escrúpulos. Cabreada apagó la radio y puso la tele, contaban en el Telediario que el Instituto Científico Príncipe Felipe de Valencia cerraba 14 líneas de investigación y más de 100 trabajadores serían despedidos. Al cambiar de cadena escuchó que Belén Esteban, la reina del pueblo, cobraba más de un millón de euros al año por repetir sin parar: -¡Yo por mi hija, mato!. También desenchufó la tele y casi le dieron ganas de romperla. ¡Estamos locos!- gritó.

A la mañana siguiente mientras volaba hacia New York, se sentía como los emigrantes del siglo pasado que abandonaban su país en busca de una esperanza. No pudo evitar que le cayeran las lágrimas al pensar que, hoy por hoy, el nuevo quijote español pone su inteligencia al servicio de otros para que una vez más, inventen ellos.

María Antonia San Felipe

Sobre el autor

Funcionaria. Aficionada a la escritura que en otra vida fue política. "Entre visillos" es un homenaje a Carmen Martín Gaite con esa novela ganó el Premio Nadal en 1957, el año en que yo nací.


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