Hoy hablaré sobre el poder que tiene la estimulación cognitiva a la hora de atenuar los efectos de las pérdidas de memoria y hacer más llevadera la vida a personas que las sufren y a su entorno.
La memoria se trabaja en los centros de prevención y unidades de respiro, y en ellos, se persiguen los siguientes objetivos:
*Mantener las habilidades intelectuales (atención, memoria,…) con el fin de preservar su autonomía y hacerles sentirse útiles.
*Crear entornos llenos de estímulos que lleguen a potenciar el razonamiento así como la motricidad.
*Motivar las relaciones interpersonales porque así se potencian las habilidades sociales.
A través de actividades de reminiscencia, se mantienen los recuerdos de la persona y se preserva la identidad personal que, en ocasiones, se ve mermada por el deterioro cognitivo.
Realizar libros de vida, así como cantar canciones, redactar historias y recordar refranes, son algunas de las tareas que van dentro de las terapias de reminiscencia.
En casos de demencia, las personas traerán a la memoria reciente, sus recuerdos más antiguos. Es interesante potenciar dicho rescate de emociones, vivencias y experiencias de vida.
“El Alzheimer borra la memoria, no los sentimientos” Pasqual Maragall.