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Marcelino Izquierdo

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El obispo Fidel García fue víctima de un burdo complot de prostitución urdido por Franco

La historiadora María Antonia San Felipe desmenuza en ‘Una voz disidente del nacionalcatolicismo’, libro publicado por la Universidad de La Rioja, la cacería y la venganza de la que fue víctima el prelado de la diócesis de Calahorra y La Calzada durante la Dictadura

«El régimen franquista hizo todo lo posible por arrinconar a Fidel García, pero como el obispo de Calahorra y La Calzada no dimitía montó una farsa, con la prostitución como fondo, para poder desacreditarlo». Así resume María Antonia San Felipe su tesis doctoral, cuyo núcleo duro acaba de publicar la Universidad de La Rioja bajo el título ‘Una voz disidente del nacionalcatolicismo: Fidel GarcíaMartínez, Obispo de Calahorra y La Calzada (1880-1973)’. En presencia del vicerrector de Investigación de la UR, Miguel Ángel Rodríguez, y del director de la tesis, el profesor José Miguel Delgado Idarreta, San Felipe presentó el volumen de 640 páginas, que disfruta de su puesta de largo el viernes, 17 de octubre, en el Ateneo Riojano. Al acto acudirá el teólogo Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, y autor del prólogo.

–Ocho años de trabajo por fin tiene su recompensa impresa.

–Han sido años muy intensos. Como primer fruto, a finales del 2008 se publicó el libro ‘El obispo Fidel García (1880-1927): la Diócesis de Calahorra y La Calzada tras el Concordato de 1851’, pero aún quedaba por salir a la luz el meollo de la tesis, la biografía de don Fidel desde la Segunda República hasta el Concilio Vaticano II. Ha sido un trabajo difícil, pues muchas veces he tenido que moverme por archivos que no poseían fuentes primarias o por otros de fuera de España, ante la imposibilidad de consultar aquellos archivos que sí podían tenerlas.

–Biografiar a un obispo, a priori, puede parecer algo aburrido. Sin embargo, no ha sido el caso.

–Para mí ha supuesto una gran aventura, pues al tiempo que ahondaba en la vida de Fidel García en paralelo he ido repasando la historia del catolicismo español, y viendo cómo se alejaba de la línea a nivel internacional, debido a su posicionamiento de apoyo absoluto a la dictadura.

Un obispo disidente

–¿Cómo valoraba la Iglesia en su conjunto el respaldo que la jerarquía española daba a Franco?

–Fue muy mal recibido y muy criticado, tanto en Europa como en América, lo que no ocurría en algunos sectores de su propia diócesis.

–Pero don Fidel había respaldado el golpe de Estado…

–En 1936, como el resto de obispos españoles, apoyó la sublevación militar aunque no la alentó; también suscribió, si bien con reticencias, la Pastoral Colectiva de 1937 que supuso el aval de la jerarquía católica española al régimen.

–Los primeros signos de disidencia en el seno de la jerarquía surgen tras la Guerra Civil.

–Efectivamente, y llegaron de la mano del obispo de la diócesis riojana. La publicación de la ‘Pastoral sobre algunos errores modernos’, un alegato antinazi firmado el 28 de febrero de 1942, fue muy mal recibido por el régimen de Franco, que ansiaba el triunfo de Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Aunque la pastoral fue censurada en España, su texto se difundió por todo el mundo. El Foreing Office británico distribuyó más de 6.000 copias por la prensa anglosajona y los movimientos católicos adscritos a la resistencia gala la hicieron circular por Francia. Las palabras de don Fidel tuvieron eco en EEUU, México, Argentina, Turquía, Sudáfrica… Es llamativo que el sacerdote Jakob Gapp, beatificado por Juan Pablo II en 1996, fuera condenado a muerte y ejecutado en Berlín por alta traición, sólo por difundir la pastoral.

–Pero los desencuentros del obispo no habían hecho más que empezar.

–En efecto. Al terminar la Segunda Guerra Mundial la Iglesia española comenzó a denunciar el nazismo, pero para entonces Fidel García era ya un disidente para Franco, disonancia que se materializó aún más al no acudir a votar en el referéndum de 1947 sobre la sucesión.

–¿Un disidente dentro de la jerarquía católica?

–Franco tenía fijación personal con el obispo Fidel García. En un país que se declaraba católico no podía eliminarse tan fácilmente a un representante de la Iglesia sin provocar un conflicto con el Vaticano, así que se orquestó una cacería, iniciada desde la Falange, que hizo circular rumores sobre sus relaciones con «mujeres de mala nota». En realidad las denuncias estaban en manos del propio dictador.

Falso montaje en un prostíbulo de Barcelona

–Los rumores no cesaron.

–Nunca, pero como el obispo de Calahorra y La Calzada no dimitía, el Gobierno ordenó montar una farsa para poder desacreditarlo. Y aquí, más que una investigación histórica el caso se convirtió en una investigación policial. En 1952 don Fidel fue víctima del Patronato de Protección a la Mujer de Barcelona, infiltrado por la sociedad secreta la Hermandad de la Sagrada Familia de Nazaret. Esta hermandad, que contaba con una amplia red de confidentes y, sobre todo, de mujeres muy vulnerables, supuestamente inspeccionó un piso de Barcelona donde aseguraba que se practicaba la prostitución clandestina con menores. Y es allí donde este Patronato afirmaba haber encontrado al obispo.

–Lo que, evidentemente, era falso.

–¡Claro! El documento utilizado por la ciénaga moral del franquismo como  principal prueba de cargo contra el obispo describe hechos que nunca ocurrieron; más parece una octavilla de propaganda que un informe oficial. El documento en cuestión no sólo no está firmado por nadie, sino que los responsables policiales a los que quisieron implicar en el caso cesaron poco después.

–Y don Fidel acabó tirando la toalla…

–La difusión interesada de estos hechos, nunca probados, forzó la dimisión del obispo, que en 1953 se recluyó en el monasterio jesuita de Oña. La prensa católica internacional se hizo eco de esta dimisión.

–¿Por qué el obispo nunca defendió su inocencia?

–No quiso dar pábulo a un montaje tan burdo; era un hombre de una altura moral e intelectual increíble; el falso escándalo lo llevó como una penitencia.

–¿Hizo algo el Vaticano en apoyo de Fidel García?

–Él siempre estuvo arropado por los jesuitas, pero el hecho de que fuera invitado al Concilio Vaticano II, cuyas intervenciones fueron las más brillantes de toda la delegación española, dice mucho del apoyo que tuvo desde Roma.

–Sin embargo, la venganza tuvo su efecto.

–A corto y medio plazo, el objetivo de los enemigos de Fidel García se cumplió y el obispo fue recluido durante años entre los muros del olvido. Por eso era importante rescatar su memoria, demostrar la falsedad de las acusaciones y sacar a luz a uno de los intelectuales más preclaros de la Iglesia Católica del siglo XX. Si monseñor Tarancón fue el protagonista religioso de la Transición, don Fidel lo fue de la primera parte de la dictadura.

 

 

«La persecución nazi contra los católicos alemanes y holandeses originó la pastoral»

«La singularidad de Fidel respecto a sus contemporáneos españoles radica en que, mientras sus compañeros en el episcopado callaban y consentían legitimando el régimen de Franco –disfrutando de los privilegios que otorgó a la Iglesia católica–, él decidió elevar la voz y se convirtió en una voz discordante en las tranquilas aguas del nacionalcatolicismo”.

«Su preocupación por la persecución que los nazis ejercieron contra los católicos alemanes y holandeses fue el origen de su ‘Pastoral sobre algunos errores modernos’».

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Certezas, curiosidades y leyendas del pasado, de la mano de Marcelino Izquierdo

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