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José Glera

La Poda

Qué se puede hacer tras la helada en la DOC Rioja para recuperar el viñedo

Cinco días después de la ya famosa helada de la madrugada del 28 de abril del 2017 aparecen las primeras cifras oficiales acerca del daño causado en el viñedo de la DOC Rioja y en especial en Rioja Alta y Rioja Alavesa. Cinco días después, los viticultores siguen mirando a unas cepas que arrojan la imagen de vivir en enero y no en mayo. No hay verde en las hileras. Sin embargo, cinco días después aparecen los primeros brotes nuevos. Es tiempo para comenzar a trabajar en la recuperación de la cepa más allá de la cosecha de este año y pensar también en una buena poda para el próximo invierno.

¿Qué se puede hacer? Opiniones hay para todos los gustos. Lo que se haga, con convencimiento, aunque conscientes de que se puede errar. Yo les explicó lo que ya he comenzado a hacer para recuperar el viñedo. En octubre se sabrá si el tratamiento ha funcionado o no, aunque en pocos días, algunas semanas también se podrá observar si la cepa ha recuperado el tono verde de su vegetación.

Primero. Regar. Por goteo o por aspersión, pero regar para que la cepa cobre fuerza, máxime después de un invierno tan seco. De esta forma se podrá favorecer que esas yemas que están ahí puedan brotar con fuerza, en especial la ciega y la casquera. Las reservas de agua en el viñedo están bajo mínimos, aunque conviene no olvidar que es un cultivo de secano.

Segundo. No voy a quitar ninguna yema seca de las cepas. Hay quien aconseja que es mejor quitarlas y hay quien aconseja que es mejor no tocar la cepa. Yo no voy a quitar yemas secas, porque se van a caer por sí solas y meter la mano en la cepa y en los pulgares supone el riesgo de quitar también aquellas que no se han secado pero que están muy débiles y las que no se han secado. Lógicamente, la espergura va a ser mucho más compleja esta campaña y prácticamente se va a juntar en el tiempo con el desniete en los viñedos más castigados.

A la izquierda, cepas en la mañana del 28 de abril; a la derecha, nuevos brotes el 3 de mayo

Tercero. Fortalecer los nuevos brotes con algún producto rico en algas, tanto cuando las yemas se estén desarrollando como más adelante. Los he usado con anterioridad en viñedo que no se ha helado, con buenos resultados.

Cuarto. Para los más osados, se puede experimentar. El ingeniero agrónomo Antonio Larrea ya estudió el efecto de las heladas tardías en el viñedo en 1968. Así en las “Hojas divulgadoras del Ministerio de Agricultura” de aquel año propone varias iniciativas para prevenir los efectos del hielo y también para actuar después de la helada. De las seis experimentadas considera que la mejor opción es podar a una yema más la ciega (tras la helada) para favorecer el desarrollo de la ciega y la casquera. Según su experiencia, el grado Beaumé obtenido en la cosecha será bueno, siempre que se apueste por una vendimia tardía y que la climatología acompañe. Así, quien se atreva puede volver a podar si no es todo su viñedo sí en algunas cepas que le pueden servir de testigo para ver cómo evoluciona a lo largo del año y que rendimiento da, sobre todo en términos de calidad. Y luego comparar.

Y también se pueden investigar otros caminos y que cada uno haga lo que estime oportuno.

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