Si los niveles de la tan predicada transparencia por parte de las administraciones dependen del cristal con que se mire, huelga decir que políticos y ciudadanos recurren a vidrios diferentes a la hora de poner el foco en la cosa pública… La reflexión, en plenos ‘sanmateos’, viene a cuento precisamente a raíz de los festejos y de la información publicada el pasado viernes en la que Diario LA RIOJA intentaba dar cuenta de las fórmulas que utilizan las diferentes ciudades a la hora de programar conciertos gratuitos en sus semanas ‘grandes’. El encargo estaba claro: detallar artistas y presupuesto de capitales que bien celebran San Mateo, se ubican en las provincias limítrofes o tienen motivo de festejos prácticamente en las mismas fechas para conocer de primera mano cómo lo hacen. Pero, ¿fue el resultado igual de claro? Pues no tanto… Soria, Cuenca, Vitoria y Pamplona facilitaron la información completa y al instante, Burgos y Valladolid a medias, y Oviedo optó por el no sabe/no contesta.
¿Cómo es posible que lo que en Soria costó una llamada telefónica de apenas un minuto en Oviedo resulte imposible tras varios días intentándolo? Soria, Cuenca y Vitoria fueron al grano: tal, cual y pascual por tanto, cuanto y sonante… Otras, como Burgos, no ‘pudieron’ desvelarlo porque, según se excusan, negocian con los artistas con cláusula de confidencialidad. Y en Valladolid, si bien facilitaron el montante total de las fiestas, como en Burgos, no ‘supieron’ especificar la partida de conciertos. Vaya por delante que en Logroño, sin entrar a valorar si la programación es mejor o peor, desde el primer día sabemos que Soraya, Efecto Pasillo y Supersingles nos saldrán por 67.500 euros. P. D. Sigo esperando a que el Ayuntamiento de Oviedo, abanderado de las fiestas mateas, tenga a bien decirme cuánto les cuesta la programación musical a los ovetenses… ¿o es que no puede saberlo un logroñés?