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Ignacio Tylko

Polska droga

Aviso a navegantes

Del Bosque, alejado en sus principios del perfil de Mourinho , no suele quejarse, ni alzar la voz, ni buscar excusas, ni mucho menos brindar titulares a la ‘canallesca’. Habla con pausa y mesura pero sus mensajes son nítidos, inequívocos. Si ha dicho que Piqué y Sergio Ramos tienen que llevarse bien, les guste o no, es porque desde hace tiempo se teme que por culpa de las tensiones derivadas de los clásicos comience a resquebrajarse la selección campeona. El último curso bajó el diapasón de los enfrentamientos, quizá porque Xavi y Casillas hablaron y ejercieron de capitanes dentro y fuera del campo y exigieron mesura, pero siempre quedan rescoldos que pueden avivar el fuego.
A nadie escapa que Piqué y Ramos son antagónicos. Enfrentados, salían a escena en todas las tanganas o amagos de trifulca pretéritos. En su forma de ser, en su manera de ver la vida, en el trato con sus compañeros y hasta en sus principios políticos, son muy distintos. El azulgrana presume, orgulloso, de su condición de catalán por encima de todo; y el sevillano enarbola la bandera española hasta en sus muñequeras.
Sabe Del Bosque que sin Puyol, santo y seña dentro y fuera del campo, pierde a un hombre básico por lo que representa, lo que suma, lo que une. Sin Carles, los dos centrales ‘titularísimos’ son Ramos y Piqué. En la Eurocopa, no solo comparten zaga sino posición. Deben entenderse con un grito, una orden, una mirada. Son dos líderes naturales que hablan el mismo idioma. Es obligado complementarse y comunicarse. Máxima tensión sin perder la calma ni la confianza el uno en el otro.
Ser precavido y cuidar los detalles al máximo, es una condición ‘sine qua non’ para alcanzar el éxito. Como más vale prevenir que curar, Del Bosque aprovechó la concentración en Austria para fomentar la unión del grupo. Está encantado con la actitud de jugadores como Soldado, Adrián o el emergente Beñat, que se van pero antes han sido buenos compañeros. Ahora llegan los del Barça, bien recibidos por todos y en muchos casos indispensables para el crecimiento del equipo. No tiene por qué haber problemas pero sabe el técnico que hay dos granitos que es mejor tratar antes de que se infecten. Si los resultados acompañan, todo será un remanso de paz. Pero si llegan dificultades, como aquella derrota ante Suiza en el inicio del Mundial, conviene que la tropa no muestre fisuras. ‘La Roja’ está por encima de los clubes. Mal que le pese a ‘Mou’.

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