Esther López Arroyo llegó a Haro con el difícil papel de cubrir la baja de la hasta entonces capitana Marta García Obregón. Pero vino con una buena dinámica, tras ganar la Superliga con el Menorca y asentarse en la selección española. Para esta donostiarra de 38 años, su paso por Haro está siendo más que fructífero, pues ya ha ganado una Supercopa y opta seriamente a ganar la Copa de la Reina y la Superliga. No sería la primera vez, la líbero ha conquistado una Champions League, cuatro copas y cuatro Superligas, la mayoría de ellas con el Tenerife Marichal. A título individual ha sido designada Mejor Líbero y Mejor Receptora de Europa y ha jugado en los mejores clubes de voleibol de España: Burgos, Benidorm, Ávila, Tenerife, Menorca y, ahora, Haro.
-¿Por qué cambió Menorca por Haro, tras ganar allí dos Superligas?
-Mi intención era continuar allí porque tenía un año más de contrato. Pero el club comenzó a contraer deudas (que, por cierto, acaba de saldar con sus exjugadoras) y se dudaba de que el primer equipo tuviera continuidad en Superliga. Entonces me llamó Ismael Merino y me propuso la contratación. Haro siempre me había parecido un club serio, con una buena dinámica de trabajo y que venía de ganar la Copa de la Reina.
-A pesar de haber jugado en más de quince equipos españoles de voleibol, nunca había coincidido con su actual entrenador, José Miguel Pérez, hasta ahora…
-Josemi es un gran entrenador y que él estuviera aquí también me motivó para fichar por Haro. Este es un club cumplidor, aunque humilde, y el proyecto, con Josemi, era ambicioso.
-Y estará contenta, sobre todo al estrenarse con el título de Supercopa, ¿no?
-Haro nos daba esa oportunidad, sí, de comenzar la temporada luchando por un título. Ahora esperamos que no sea el último.
-Ha ganado ya cuatro Copas de la Reina, así que, ¿cómo vive esta próxima edición?
-Cada torneo es distinto. Aunque haya ganado cuatro copas, me haría mucha ilusión ganar esta. También he perdido otras finales y me dolería igual perder. El año pasado, en Menorca, llegamos a la Copa invictas en la liga regular y palmamos en semifinales ante Haro. Siempre hay alguna sorpresa en la Copa de la Reina, no hay que fiarse de ningún rival, puedes perder contra cualquiera.
-¿Cuáles cree que son sus principales rivales?
-Murcia y Murillo pueden pelear por el título. También están Barça, Pamplona y Menorca, yo no me fío de nadie. La Copa es diferente y hay que tener cautela, debemos jugar dándolo todo, sin pensar aún en la final, de momento solo en la semifinal.
-Por la cercanía con su ciudad natal, San Sebastián, el torneo de este fin de semana sí que le hará especial ilusión, ¿no?
-Sí me hace ilusión porque, además, yo jugué en Miranda y sé que vendrá gente a verme. También por la afición de Haro, la ‘marea azul’. Todo esto me motiva.
-Su puesto, el de líbero, es el menos reconocido del voleibol y, sin embargo, esencial. ¿Es ingrato o se asume bien esa falta de protagonismo?
-El papel es desagradecido porque la gente se fija más en los saques, los bloqueos y los remates. El del líbero es un trabajo que se ve más de lejos, solo si te tiras y levantas un balón ‘in extremis’, de forma más vistosa, la gente te aplaude. Es más vistoso el ataque, aunque, con los años, el líbero se ha ido valorando más.
-Aún así, es usted la referencia defensiva del Haro, como lo fue en Menorca. ¿Lo siente así?
-En la mayoría de los equipos he tenido esa responsabilidad. El líbero es la defensa y la recepción del equipo, pero son tus compañeras las que te hacen ser mejor. Si el equipo trabaja bien, yo estoy bien. Y si yo hago un buen trabajo, ayudo a mi equipo.
-Juega en Haro junto a chicas que, como Traspaderne, Rivero o Sánchez-Solé, tienen hasta veinte años menos que usted. ¿Cómo se lleva eso?
-Es motivante porque son chicas que tienen calidad y es agradecido que se fijen en ti. Ellas juegan a buen nivel y es grato ayudarlas. Yo creo que, a su edad, era mucho peor.
-Y sustituye a Marta García en el equipo, toda una institución. La responsabilidad la lleva muy bien y está engrandeciendo su puesto.
-Marta es una referencia. Fichar por Haro sabiendo eso imponía y me creó cierta inseguridad por poder estar a su altura. Sé que era una jugadora muy querida aquí, y lo sigue siendo. Pero me apetecía el reto y espero jugar mejor cada día.
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