¿Qué tal han ido las notas, papas? Bien… mal… normal… fatal…. ¿Pero por qué tanta preocupación con esto? No voy a hacer hoy una crítica al sistema educativo… simplemente quiero en este #minimapa dejar unas pistillas para el verano de especialmente esos papis y mamis que han recogido hoy en forma de “notas” su sudor y lágrimas de todo un curso de deberes. Comencemos:
En mi opinión el sistema educativo en España hace aguas por todos lados por lo que considero sano que padres e hijos os toméis un descanso en verano.
En ese descanso debe seguir habiendo límites, claro está, pero pragmáticos y con sentido (ejemplo: colaborar más en las tareas domésticas) y dejando espacios para hacer el “salvaje” y aburrirse.
También sugiero buscar maneras de reconectar a los críos con esa curiosidad innata, ese afán de saber, que pronto aniquila la escuela. ¿Y es que os habéis fijado cómo se va apagando su disfrute al aprender y su creatividad según avanzan en cursos?
Tenemos para ello que reflexionar sobre la influencia de los valores sociales y lo trasmitido por nuestros propios padres (incluso mi rebeldía en contra)… y conocer otros modelos “educativos” como, por ejemplo, los de los pueblos mal llamados primitivos.
Además recordad, ante la tentación de apuntarles a “actividades” también en verano, que hoy los conocimientos sirven de poco: nunca hemos vivido en un mundo tan líquido. Ahora, por ejemplo, tener el título de Ingeniero no garantiza nada. Toma protagonismo, entonces, la flexibilidad y capacidad de adaptación; el conocimiento de uno mismo para manejarse en el sentir, el hacer, el pensar y las relaciones; apertura mental a la visión del otro y a valorar consecuencias de lo más variopinto; a estar en lo que se está y aceptar lo que hay.
¿Cómo se desarrolla desde nuestro modelo todo esto? ¿Y acaso éste y la definición de “éxito” que impone no está llevando al planeta hacia la infelicidad y la destrucción?
De lo que yo conozco, la Fundación Claudio Naranjo, por ejemplo, apuesta por un cambio… por buscar nuestra particularidad para dar y recibir en la comunidad, tendiendo a un vivir mejor mío y del otro, a la vez que un cierto desapego a esta “mi particularidad” (un camino para toda la vida, por otra parte:))
Amarles como son y respetarles, apoyarles dándoles seguridad a la vez que se promueve su autonomía, ponerles límites, ayudarles en su aprendizaje de manejarse en la vida para ser responsablemente feliz (“feliz” en el sentido de ir a favor de la vida)… son nortes que guían la travesía del ser padre. Toda una aventura de aprendizaje por ambas partes!
Así que llevadles, por ejemplo, al campo… sin i-pad ni demás pantallas… que se aburran como lo hacíamos antiguamente los niños (recuerdo como yo, por ejemplo, comenzaba a inventar historias)… que la naturaleza, o un libro que encuentren en el trastero del pueblo, o un cuento que les contéis bajo las estrellas, despierte su aletargada curiosidad… que tengan que espabilar en entornos desconocidos… que asuman responsabilidades con sentido… y que ante todo jueguen, que ante todo sean niños.
***Mercedes García-Laso, tu psicólogo en Logroño, FB, Tw y Ln | Encuentra el tema que te interesa en índice de todos los Minimapas para Tormentas***