Decidir qué subir al avión cuando te vas a enfrentar a un viaje (muy) largo es una de las cosas en las que más atención pongo cuando hago mi equipaje. Ya sabemos que las compañías aéreas tienen cierta tendencia a perder objetos y más si es en vuelos con escala. A todos nos causa cierta tensión ver nuestra maleta alejarse en la cinta sabiendo que ella ‘solita’ se bajará en otro país y tendrá que volver a subirse a otro vuelo. Yo siempre imagino que va a terminar en la otra punta del mundo y que nunca volveré a verla (snif). Por lo que es muy importante no olvidarte de preparar un equipaje con las cosas imprescindibles sin las que no podrías sobrevivir al menos una semana y otra para sobrevivir al vuelo y a la escala.
Nosotros siempre viajamos con dos mochilas/maletas divididas de la siguiente manera:
– La maleta/mochila (a tu elección) que no abrimos en todo el vuelo y en la que nunca faltan otro par de botas/zapatillas, ropa interior, calcetines, una sudadera, un par de camisetas, el cargador de la cámara y el móvil, algunos elementos de aseo, un un kit básico (muy básico) de medicinas… y todo aquello te salvaría de un apuro durante varios días si la maleta que has facturado no llega a su destino. Yo siempre dudo entre maleta o mochila y en cada viaje he llevado una cosa. Depende mucho de qué vayas a hacer nada más llegar y de tus planes en el destino.
– Una mochila algo más pequeña con todo lo necesario para aguantar un vuelo de muchas horas (que luego es la misma que llevo colgada todo el día encima en las excursiones): libros, guía de viaje, chanclas, líquido de las lentillas, unos calcetines, toallitas refrescantes, una sudadera, un pañuelo para el cuello (yo en los aviones muero de frío), antifaz para dormir, tapones para los oídos, reposacabezas, música, cepillo de dientes, dentífrico, crema de manos… Además de, claro está, la cámara, la documentación, los billetes de viaje y el dinero. Suena a mucho pero no abulta nada. Aquí cada uno sabe lo que necesita. Hay gente que se sienta cuando cierran las puertas y no se mueve ni necesita nada durante 15 horas y otros que no pueden parar de abrir y cerrar su bolsa sacando cosas.
Yo soy del segundo tipo, lo reconozco.