Hace tiempo que la música ha pasado a ocupar un segundo plano en los medios de comunicación. La televisión, otrora principal escaparate, ignora la escena musical a excepción de los programas de talentos –La Voz y cía.- cuya calidad es ciertamente discutible.
El panorama actual es paupérrimo y desalentador si pensamos que en los años ochenta, por ejemplo, TVE llegó a tener hasta dieciocho programas musicales en parrilla. Acuérdense de antiguos espacios como Aplauso, Gente Joven, Tocata, Rockopop, Música Sí, Jazz entre Amigos, Plastic, Popgrama, La Quinta Marcha, Qué noche la de aquel año, La Edad de Oro, A Tope,… y hubo más.
La música brilla por su ausencia en un país acostumbrado a mejores tiempos sonoros y en consecuencia, la cultura musical desaparece. Si bien es cierto que tampoco tuvimos mucha por aquí, en la piel de toro. De ahí la gravedad del asunto.
¿Hasta cuándo vamos a seguir sufriendo esta sequía de decibelios en la caja tonta?. Mientras nos aferramos al programa documental Cachitos de Hierro y Cromo, esperamos ilusionados que la situación cambie de rumbo, recordando la singular aparición de los míticos Natal Pride y la abuela Ángeles en el programa No te Cortes de TVE emitido en 1992, debatiendo y reivindicando el Heavy Metal.