Aquí tenéis un texto que nos ha podido enviar Alfredo, en un pequeño momento que ha tenido de tranquilidad. En el mismo, nos cuenta cómo han sido las últimas jornadas de trekking.
Tras bajar del intento a cumbre y dando por concluidas las labores de rescate de nuestros tres compañeros fallecidos, recogimos el campo base y el día 30 de julio iniciamos el regreso a casa.
El trekking de vuelta fue duro. Hicimos en tres jornadas lo que de subida nos había costado seis, más un día de descanso. Al margen de esto, físicamente estábamos tocados y la cabeza no es que acompañara mucho. El primer día llegamos a Goro II en unas 10 horas.
El día 31 llegamos a Paiju tras 12 horas de trekking. De camino paramos en Urdukas, donde hay un pequeño memorial y varios enterramientos. Allí colocamos tres platos de acero inoxidable grabados a mano en el campo base. En ellos están los nombres de los tres fallecidos: Abel, Álvaro y Xevi. Además de la nacionalidad, el año de nacimiento, la fecha de defunción y la montaña en la que sus cuerpos descansan. Tras unas palabras pronunciadas por Oscar Montoya extraídas de un libro de montaña, proseguimos el camino.
Aquí las palabras citadas: “De las montañas emana una fuerza que nos llama hacia sus dominios, y allí están, para siempre, nuestros amigos, cuyas almas grandes soñaron con las alturas. No olvidéis a los montañeros que no han vuelto de las cumbres”. Anatoli Brkreev.
El 1 de agosto llegamos a Askole tras 13 horas de trekking. Lo más reseñable de ese día es que, al poco de salir, tuvimos que cruzar un torrente bastante crecido. El puente que había para cruzar fue arrasado el día anterior, y tras un buen rato tirando piedras para facilitar el paso, logramos cruzar con la ayuda de cuerdas y mojándonos hasta la cintura.
El día 2 de agosto iniciamos el viaje en coche hasta Skardu a primera hora de la mañana. Nos tuvimos que bajar en varios puntos debido a lo precario del camino (nos hacían bajar para que no pesara tanto el coche y evitar que se desprendiera el camino y cayéramos al río). En el trayecto tuvimos que parar en la primera comisaría existente, para informar sobre los tres fallecidos y que nos faciliten el certificado de defunción.
El 3 de agosto estuvimos dando una vuelta por Skardu y en contacto permanente con la embajada para poder adelantar el vuelo. Teníamos previsto regresar el día 10 pero al coincidir con el fin del Ramadan, han cancelado todos los vuelos. Por la tarde fuimos a una localidad cercana, Sadpara, a entregar una pequeña ayuda humanitaria. La iniciativa fue propuesta por algunos de los integrantes de la expedición desde España y todos pusimos nuestro granito de arena. La ayuda ha consistido en un ordenador portátil que se quedará el profesor del pueblo y una aportación económica que servirá para contratar durante un año a un profesor de apoyo, dado que actualmente solo hay un docente para cinco clases.
Hoy día 4, parte de los componentes de la expedición han podido volar a Islamabad. El resto esperamos nuestro turno. Si mañana no podemos volar, iremos por carretera en 24 horas sin parar. Una vez en la capital todavía nos quedan trámites que hacer en la embajada y una visita al hospital para que vean mis congelaciones en los dedos, que seguiré tratando en cuanto llegue a España.
Queremos aprovechar para agradecer todos los mensajes de cariño y apoyo. Sabemos que tenéis muchas ganas de hablar con él, y os agradecemos la paciencia y el respeto, ante estos momentos complicados. Como podéis ver, durante los próximos días Alfredo tendrá largas jornadas de viajes y hospitales. Mientras, os seguiremos contando cómo continúa la historia.
Os dejamos con una foto muy esperada. Alfredo acompañado de Mariano Galván.