El lunes día 26, Diario La Rioja publicó un artículo de opinión de Mª Luisa Arenzana Magaña, de Animanaturalis de Logroño con el que me identifico totalmente. En ese artículo se hablaba de muchas cosas pero hoy me quedo con la parte en la que se comentaba el poder divino que parece que nos hemos otorgado sobre la creación. Porque parece que, aparte de ser el ombligo del mundo, nos adjudicamos el poder absoluto sobre el resto de los seres vivientes. ¿Qué nos hemos creído, nosotros los humanos? ¿Qué tenemos derecho a decidir sobre la vida y la muerte de otros seres? Todo en este mundo tiene un sentido. Todo está en el mundo por algo y romper el equilibrio es peligroso, pero parece que eso no nos importa demasiado. Total mientras vivamos cómodamente nuestra vida, las generaciones futuras que se fastidien. Y dentro de esa comodidad y complacencia, está la moda de comprar mascotas como si de objetos se trataran. Compramos cachorros como si fueran juguetes y cuando se hace grande, llegan las vacaciones o nuestro estilo de vida cambia porque llega un bebé, decidimos que hay que deshacerse de él como sea. Da igual que sea de raza, que nos haya costado un dinero importante. El animal sobra y punto. Se abandona, se lleva a la perrera, se sacrifica y a otra cosa mariposa. Por eso, las perreras están llenas de perros y gatos de todas las razas, edades, tamaños y colores. No se salva nadie. Las razas que estaban de moda hace dos años, ahora llenan las perreras. Las que están de moda hoy, las llenarán el día de mañana si no se remedia este caos de contrabando de vidas. Como única esperanza, en el día a día, existen personas a modo particular y asociaciones protectoras que recogen, salvan y cuidan miles de animales en todo el mundo, pero esta es una labor sin fin, si las personas no nos concienciamos que, al fin y al cabo, ellos son seres vivos como nosotros. Quizá no sean tan “perfectos” como nos pensamos que somos nosotros, pero tienen sentimientos y sufren frío, calor, hambre y abandono igual que nosotros. Debemos quitarnos la venda que nos ciega en la comodidad de no saber qué pasa a nuestro alrededor. Debemos mirar y ver la cruda realidad y esa es que todos los días mueren animales en las perreras porque un día alguien se cansó de ellos. Hay otros que nacen y mueren sin conocer un hogar, porque sus padres fueron abandonados a su suerte y por supuesto sin esterilizar. Total, ¿para qué vamos a gastar en nuestros animales, si cuando nos parezca nos desharemos de ellos?
Esto pasa cerca de nosotros. En el mismo Logroño y espero que cada día más personas sean conscientes que es algo que nos afecta a todos. La solución no es sacrificar. El remedio para evitar la barbarie pasa por ser responsables en las adopciones. El animal va a vivir con nosotros muchos años y, si no estamos seguros de poder atenderlo correctamente, es mejor no adoptar que luego abandonarlo. Todos estos cachorros están en
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Bea: 665 61 86 27
Raquel: 692 62 27 71
Pili: 665 61 86 28