La terapia con perros está muy bien documentada con miles de experiencias y casos clínicos exitosos con ancianos o personas con bloqueos emocionales. Estos particulares terapeutas ayudan a los internos a olvidarse de la rutina del día a día, se convierten el principal tema de conversación entre ellos y con el personal. Uno de los grandes beneficios de la terapia con animales es el placer que conlleva acariciarlos. Y es que en este mundo cada vez más tecnológico se nos olvidan, a veces, los sentimientos y lo reconfortante que puede ser el simple contacto físico entre dos seres vivos.
En el plano más práctico se puede observar una mayor alegría entre pacientes, los perros ayudan a estimular la risa, la felicidad y el sentido del humor.
Hoy os presento a dos de estos magníficos terapeutas que hacen las delicias de los chicos autistas de
Hugo es el mayor. Nació en el año 2000 y es obediente, tranquilo y cariñoso. Le encanta pasear con los voluntarios del refugio pero en especial con los chicos de ARPA. Le suele acompañar Ona, una entrañable abuelita nacida en 1999. Ella ha tenido una vida pasada dura, ya que sufrió maltrato y tuvo que ver cómo maltrataban a la que era su dueña. Ahora es una perrita tranquila, a la que le encanta pasear con los chicos autistas de
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