Durante el período de socialización primaria que va desde las tres semanas hasta los 4 meses de vida de los cachorros aprenden a controlar la fuerza de su mordida a través de un proceso llamado “inhibición de la mordida” Esta enseñanza la adquieren interactuando con la madre y con sus hermanitos. Cuando la mordida de un cachorro es demasiado fuerte y el cachorro mordido chilla, viene la madre y corrige al agresor. El cachorro debe aprender, desde que llega a tu casa, que sus dientes pueden herir, y que esto no es bueno ni aceptado, y que esto será una regla de convivencia que deberá respetar estrictamente durante toda su vida, debe aprender a controlar o inhibir su mordida. Un perro que no controla su mordida es potencialmente peligroso, pues a la hora de morder puede causar lesiones que van desde hematomas o raspones, hasta heridas serias. La próxima vez que tu cachorro te muerda, da un grito fuerte y agudo de dolor….casi un gemido como él lo hace cuando algo realmente le duele. Si lo haces bien, verás como él rápidamente dejará de morderte. En ese momento exacto, debes felicítalo y continuar jugando. Si te vuelve a morder, vuelve a gritar, y vuelve a felicitarlo si deja de hacerlo. Si tu cachorro insiste en morder, debes imitar ese comportamiento. Tienes que quitarle inmediatamente su juguete o entretenimiento favorito: Tú. Finaliza el juego durante unos tres a cinco minutos. Dale la espalda e ignóralo completamente. No debes empujarlo ni golpearlo, simplemente debes levantarte, salir de la habitación o lugar donde te encuentres y cerrar la puerta. Tras unos minutos de calma, regresa a jugar con él como si nada hubiera pasado. El protagonista del post es Nilo un macho mestizo de 2 meses. Llegó al Refugio de