Al hilo de lo que os contaba ayer sobre los peligros de la exposición de nuestros animales al calor, hoy quiero contaros las señales que deben alarmarnos en el caso que sospechemos un golpe de calor.
Los principales síntomas son, además de otros inespecíficos, la temperatura elevada por encima de 42º C, mucosas rojizas u oscuras, jadeo excesivo, estupor (con pérdida de conciencia), tambaleo, convulsiones, diarrea sanguinolenta o vómitos, coma y muerte.
Ante los primeros síntomas, hay que llamar al veterinario de urgencia mientras otra persona baña al animal con agua (no con hielo, ni muy fría, pues ésta produce vasoconstricción y hace perder menos calor) y le pone una bolsa de plástico con hielo machacado en la cabeza. Por debajo de 42º C, no es necesario enfriar más al animal, pues puede llegar a hipotermia.
Hay que ponerle cubitos de hielo para que el animal lo chupe y pueda beber el agua fría, pero hay que hacerlo muy poco a poco. Aunque el animal baje la temperatura y recobre la conciencia y aparentemente esté normal, no está fuera de peligro, pues los órganos internos pueden estar dañados, por lo que hay que hacer análisis de sangre, para saber si todo el organismo funciona normalmente.
La protagonista de hoy es Amaral, una hembra jovencita, posible mestiza de Grifón. Ya se ha hecho por completo a la vida en el refugio y juega y corre como una loca. Es de tamaño pequeño y muy cariñosa. Puedes ampliar información de cómo apadrinar o adoptar en la Asociación Protectora de Animales de La Rioja en el 679.06.46.46