Si ayer hablaba del problema de los animales en la perrera, convencida, de que la solución parte de todos nosotros, hoy os cuento la historia de unos pequeños salvados de una muerte segura gracias a la actuación desinteresada de una persona que los vio, ateridos bajo la lluvia, solos y medio muertos. Su salvadora decidió no mirar hacia otro lado, desoyendo a todo el mundo que le preguntaba dónde pensaba meterlos. En ese momento, lo tuvo claro y se implicó, del todo, en su recuperación, responsabilizándose de ellos. Hoy viven gracias a ella y a la colaboración de otra buena persona que decidió ayudar con la acogida. Desde aquí les quiero rendir este pequeño homenaje e intentar echarles una mano con la difusión. No están solas. El problema es de todos y todos debemos ayudar.
Desgraciadamente, cada vez es más frecuente encontrar perros y gatos abandonados y, muchas veces, en condiciones pésimas. No podemos ni debemos mirar a otro lado si, realmente, nos consideramos humanos y civilizados. Si todos empezamos a poner de nuestra parte, para buscar soluciones, nos daremos cuenta de que no estamos solos en el camino. Hay mucha gente en el camino con nuestras mismas inquietudes y debemos apoyarnos. Nosotros somos parte de la solución.
La perrera solo es el resultado del mal comportamiento de muchos ciudadanos con respecto a los animales. El problema es de todos y en todos está la solución. Las Asociaciones que trabajan por el bienestar animal, hacen todo lo posible pero no llegan a todo y, es impensable pensar, que se puedan salvar a todos los animales que entran en la perrera cada año, puesto que son demasiados. Eso es lo que hay que atajar. ¿Por qué se permite la cría indiscriminada o que la gente pueda deshacerse de su animal tan fácilmente?. Un animal es una responsabilidad pues está vivo y no es ningún juguete que puedas desechar cuando te cansas de él. Si queremos evitar abandonos, hay que educar y si no queremos camadas indeseadas que terminan en la perrera, la solución pasa por controlar y esterilizar.
Los gatitos que protagonizan el post son los Tres Mosqueteros, ya recuperados. Uno de los blanquitos ya tiene dueño pero los otros dos (Ícaro y Dédalo) todavía no. Están en acogida en casa de su salvadora hasta encontrarles buenos hogares. Son superbuenos y cariñosos además de guapísimos, así que espero que tengan muchos novios.