Hemos hablado alguna vez de lo peligrosos que resultan los balcones abiertos para los gatos. Un pájaro volando o, incluso una mosca, pueden resultar un estímulo lo suficientemente poderoso como para que nuestro gato, olvide dónde se encuentra y se precipite al vacío, con consecuencias graves en la mayoría de los casos.
Pero hoy no voy a hablar de gatos paracaidistas. Hoy quiero hablar de los gatos que, de un día para otro, sobran en casa y, por no abandonarlos, terminan confinados en el balcón a merced, en esta época, del frío y, por supuesto, del olvido. Es otra forma de abandono, pues restringimos su espacio a unos pocos metros cuadrados y evitamos que siga formando parte de la familia a la que un día le invitamos a pertenecer. El gato no lo entiende, maulla desesperadamente con el deseo de que alguien lo escuche y repare en él. Rápidamente, algunos se abandonan y se deprimen. Muchos de ellos, mueren de pena. Esta es una de esas historias a las que se ha llegado a tiempo.
A Nis lo descubrió Diego, un compañero de la Asociación Protectora de Animales en La Rioja, mientras daba un paseo por Logroño. Nis vivía encerrado en un balcón, desde el nacimiento de la hija de la familia que presenta alergia grave a los gatos. Es un macho de 10 años, castrado y sin uñas. De temperamento confiado y bueno con la gente, es muy cariñoso y lo estaba pasando realmente mal encerrado a la intemperie, alejado de cualquier caricia o contacto social.
Una casa de acogida de la Asociación Protectora de Animales en La Rioja, ya le ha hecho hueco y le han conseguido una casa temporal donde estar calentito. Pero Nis necesita un adoptante definitivo y cuanto antes mejor para no marearle mucho y que se acostumbre a un hogar definitivo.
Si conoces a alguien que quiera un gato y no le importe que sea adulto, anímale a que se dirija a la Protectora de Animales para su adopción.
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Ref: gato balcón