Normalmente me suelo quedar al margen de determinadas polémicas y no suelo arremeter contra nadie pero en esta ocasión, me siento en la obligación de defender mi punto de vista y aclarar ciertos conceptos que muchos parecen ignorar.
Sinceramente, no tengo nada en contra del concejal de Medio Ambiente de Logroño, señor Ruiz Tutor pero no estoy nada de acuerdo con sus últimas declaraciones acerca de los gatos callejeros donde demuestra un escaso conocimiento hacia la naturaleza de estos animales así como una nula sensibilidad hacia la vida.
Según la entrevista publicada en www.lainformacion.com, El señor Ruiz Tutor considera que los gatos “son un atentado contra la biodiversidad” y “perjudican” especialmente a las “aves que nidifican” en la ribera del Ebro. “También a los peces”, y es que “son unos felinos” enormemente “hábiles” en la caza. En opinión de Ruiz Tutor, los gatos son “un plaga, igual que las cucarachas, los estorninos o las palomas”.
Me imagino que para llegar a esta afirmación, habrá visto muchos gatos pescando a la orilla del río o subidos a las ramas para llegar a los nidos. La contaminación y el ruido no tienen nada que ver con la desaparición de muchas especies, estoy convencida de ello…
También ha insistido en que la legislación “no permite” la existencia de comunidades de gatos callejeros, estén o no esterilizados, tal como exigen los animalistas. Recordemos que esta prohibición se recoge en la última modificación de nuestra ordenanza municipal, en la que no se atendieron los requerimientos sobre este punto, de ninguna de las asociaciones que se dedican a la protección animal en La Rioja.
Ruiz Tutor también ha criticado que “los gatos dejan los areneros en que juegan los niños en un estado indecente”. Además, “pueden causar accidentes de tráfico o transmitir enfermedades”, si bien el Ayuntamiento no ha tenido constancia de que hayan sucedido incidentes como los dos últimos mencionados.
Quizá sea porque los gatos por naturaleza, no se van a acercar a las personas, salvo que estén muy acostumbrados a ellas. Aún no he visto ningún gato acercarse a un arenero de niños. Lo mismo que tampoco he visto nunca a un perro entrar en un pipican de los instalados por nuestro ayuntamiento. Será que los técnicos municipales que se dedican a hacer este tipo de actuaciones, aún tienen mucho que aprender de la naturaleza de los animales.
También me permito recordar a todo el mundo que según el art. 11.3 de la Modificación de la Ordenanza Municipal de Logroño, los ciudadanos podrán, en tanto se produce la recogida de esos animales, facilitarles agua, comida y cobijo, si es posible. Creo, sinceramente que nuestros agentes de la ley tienen cosas mejores que hacer que “vigilar” a quien da de comer a los gatos. Además, si los señores responsables de este tipo de actuaciones se dejaran aconsejar un poco y repasaran todos los precedentes que existen en España, llegarían a la conclusión de que este tipo de actuaciones exterminadoras no sirven para nada aparte de para afear la imagen de una ciudad supuestamente moderna. Los gatos pertenecen al ecosistema urbano, nos guste o no y, en cuanto erradiquen a unos, llegarán otros para ocupar esa zona deshabitada pero llena de recursos. La única actuación humanitaria y que realmente funciona es la de crear colonias controladas que permitan a los gatos vivir dignamente y a los cuidadores hacer su labor con unas garantías mínimas. Esterilizar es la única forma real de controlar la población felina de una ciudad. Y si alguien quiere estudios fiables de este tipo de actuaciones, que me pregunte puesto que hay unas cuantas experiencias en marcha por toda la geografía nacional que están funcionando realmente bien.
Por último y al hilo de plagas, recordar a todos los ciudadanos que cuando acaban con los gatos…aparecen las ratas. Así ocurrió en la Edad Media cuando el Papa Inocencio VII arremetió contra los gatos domésticos, facilitando la expansión de enfermedades por toda Europa. Los estragos de la peste negra ayudaron a la rehabilitación del gato que empezó a considerarse animal familiar, a partir del siglo XVII. Gracias a los descubrimientos científicos de mitad del siglo XIX, y a los inicios de la explicación de la naturaleza y de la transmisión de las enfermedades por los microbios y no por las brujas, se demostró que el gato es un ejemplo de higiene ya que se lava hasta veinte veces al día.
Más recientemente, algo parecido ocurrió en Ferrol y en Matogrande, en La Coruña donde hay casos documentados de ataques de ratas a perros, al desaparecer el depredador natural, que es el gato a consecuencia de una medida parecida de erradicación de la población felina. Concretamente, en Ferrol hubo una plaga de ratas que costó una barbaridad eliminarla…parece que hay personas que no aprenden de sus errores.
Según los datos del Ayuntamiento de Logroño, el número de gatos que llegaron al centro de acogida municipal fueron 284 en 2010. De ellos, 107 fueron adoptados y 146 sacrificados. Mala estadística para salir en prensa.
Por último, me pongo a disposición del señor Ruiz Tutor así como de cualquier otra persona responsable en esta materia para aclarar cuantos datos sean de su interés así como para buscar soluciones alternativas que posicionen a Logroño como lo que debe ser: Una ciudad moderna, culta y comprometida con la vida y la diversidad.
Los protagonistas de hoy son dos gatitos que buscan hogar. Si quieres adoptar a cualquiera de ellos contacta con la Asociación Protectora de Animales de La Rioja en el 679.06.46.46