Mi querida Iris,
Sin quererlo, ayer por la mañana, me hiciste un regalo grandísimo, mi guapísima mezcla de galga y podenca atigrada. Tenía el presentimiento de encontrarte en el paseo de galgos y podencos pero, el corazón me dió un vuelco al volverte a ver. Se nota que tus papis te quieren muchísimo y te cuidan a rabiar, porque te brillan los ojos y el pelo como nunca.
Me emocionó sentirme reconocida en cuanto me viste y que me dedicaras el baile especial de saltitos, que me dedicabas cada vez que subía a verte. Reconozco que lloré de emoción al verte de nuevo y que es grande saber, que aún te sigues acordando de los momentos que hemos compartido.
Me ha encantado verte bailar y corretear con tu mami y sentirte tan a gusto entre tanto perro y humano. Es genial sentirte feliz, rodeada de abrazos y achuchones de tu familia. Se nota la complicidad.
Aún recuerdo la primera vez que te bajé a la ciudad y cómo mirabas todo con cara de susto…. Ahora, tu mirada rebosa confianza y serenidad. Te acercas a todo y a todos y ya no agachas la cabeza. Te sientes segura y yo me siento orgullosa de haber sido, por unos meses, tu madrina.
Espero volverte a encontrar muy pronto, mi galgucha-podencucha. Ha sido genial compartir la mañana contigo y con tu familia.
Otros muchos como Iris en su momento, siguen necesitando una familia. Mientras llega ese momento, precisan de gente como tú que los acoja, apadrine, acompañe. Que sean su referencia en tanto llega su oportunidad. Infórmate y colabora !!!!