Desde Animales Rioja, me llega la historia de Erika, contada en primera persona. Todos los años, las protectoras se enfrentan a la pesadilla de las camadas no deseadas. Numerosos cachorros que nacen con pocas o nulas posibilidades de sobrevivir o que, simplemente, sobran y terminan en la perrera o, abandonados en cajas de cartón en cualquier esquina. La calle, por mucho que algunos se empeñen, no es el mejor lugar para ellos. Los peligros del tráfico, el hambre, la sed y la falta de refugio hacen que las condiciones sean terribles, sobre todo para los más débiles, los cachorros. La tenencia responsable y la esterilización de los animales de compañía son la primera medida para atajar esta situación. Mientras ese día llega, seguiremos contando historias como la de Erika
Hola, me llamo Érika, soy una gatita de 2 meses de edad y acabo de perder a mi madre, que fue atropellada, y a mi hermanito, que murió deshidratado al lado del coche en cuyo motor me escondía cuando me rescataron. Ahora me recupero de la fuerte desnutrición que sufría y de varias dolencias que llegaron a afectarme a los ojitos. Dicen que tenía muy mala pinta cuando llegué a mi casa de acogida, pero ahora me encuentro mucho mejor. Me encantan los mimos especialmente en mi barriguita y soy muy tranquila y noble. ¡Ya estoy preparada para empezar una nueva vida!
Erika ha tenido mucha suerte y solo le falta redondear con un hogar definitivo.