Últimamente tengo bastantes consultas sobre perros que no acuden cuando se les llama. En algunos casos, sucede que, solo les llamamos cuando volvemos a casa y, claro, los perros que no son tontos, deciden hacer caso omiso y seguir jugando, que es lo realmente divertido.
También puede ocurrir que hayan olido algo muy interesante y decidan seguir el rastro o, simplemente, que nunca hayan practicado suficientemente, acudir a nuestra voz. El juego de la llamada puede ser sumamente divertido si lo tomamos con paciencia, calma y premiamos cada vez que nuestro perro acude, independientemente de lo que tarde.
Debemos llamarlo muchas veces en casa y en la calle, premiando que venga, que nos mire y dejando que se marche a continuación para que no relacione llamada con fin de la diversión sino con promesa de algo bueno.
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http://perrygatos.es/articulos/notas-de-inter%C3%A9s/la-importancia-de-la-llamada/
En el caso de Zipi y Zape, estos dos hermanitos de en torno al año de edad, no hizo falta esforzarse mucho en llamarlos, para que acudieran inmediatamente. Su premio, unos cuantos mimos y carantoñas. Vagaban por el término municipal de Albelda donde, al parecer, llevaban muchos días abandonados a su suerte. Sociables, disfrutan enormemente de la compañía humana. No tienen costumbre de collar ni de correa pero no han hecho ni un mal gesto desde que los recogimos. Están habituados al contacto con personas pero, al no llevar chip, no podemos averiguar si algún día tuvieron hogar. Están delgaditos pero en buen estado general. Ambos son de tamaño mediano y, ahora, necesitan un hogar. Lo ideal sería que fueran juntos porque parece que llevan toda la vida unidos, pero, todo apunta a que se pueden entregar también por separado, sin tensiones. El trabajo de acostumbrarlos a andar con la correa correría por mi cuenta en caso de adopción.
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