Uno de los comportamientos que suelen preocupar a los propietarios de perros, son los miedos irracionales de sus animales, ante diferentes estímulos como tormentas, ruidos fuertes, otros perros, personas y objetos inanimados.
Ante tales situaciones, muchos perros, buscan huir desesperadamente del lugar para evitar la sensación de terror. Tiran de la correa, ladran desaforados y, en los casos más graves, cuando han comprobado repetidamente que todo lo anterior no les funciona, suelen mostrar comportamientos inapropiados (sobre todo en los casos de miedo frente a otros perros o personas) para conseguir que su dueño los aparte del escenario que le causa pavor.
Algunos de los propietarios de estos animales se sienten molestos ante estas situaciones mientras otros, sufren al ver las reacciones de miedo exagerado de sus perros. Para analizar las reacciones de temor de nuestros animales puede resultar útil plantearnos un ejercicio de empatía con nuestro perro, es decir, cómo nos sentiríamos nosotros si ante una situación que nos agobia y nos produce gran temor, no pudiésemos expresar qué nos ocurre y nuestro interlocutor no entendiera nuestras reacciones.
No obstante, aunque un temor excesivo es contraproducente, no menos cierto es que en condiciones naturales, sentir miedo ante situaciones potencialmente peligrosas, es normal e incluso beneficioso para los animales y también por supuesto para nosotros, los seres humanos. Es preciso diferenciar entre los miedos irracionales y los que están justificados.
Para evitar generalizar las reacciones exageradas ante los estímulos causantes del miedo, se debe evitar acariciar al animal así como hablarle. Tanto el tono suave de la voz como las caricias, pueden ser entendidos, como un premio o una gratificación por su conducta, es decir, por tener miedo.
Por supuesto, nos debemos olvidar de castigar a su animal, ya que esta actitud puede, no sólo agravar el comportamiento, sino también deteriorar el vínculo con el perro.
Como en todos los temas de comportamiento canino, el mejor camino sería prevenir los miedos desde la edad de cachorros mediante la socialización, estimulación, educación y manejo adecuados. Sin embargo, si la conducta ya está instaurada, minimizar el estrés de nuestro perro, evitando en un primer momento, todos aquellos estímulos que le causen miedo y consultar con un profesional para que nos ayude a trabajar de forma precisa, puede ser la mejor manera de resolver los temores.
Corcho tiene en torno a dos años y tiene miedo. Fue recogido hace unos días entre Cenicero y Torremontalbo. Estaba en medio de la calzada, con los coches esquivándole. Ahora está en Centro Municipal de Acogida. Parece un braco húngaro de no más de dos años, más bueno que el pan, y cariñoso. Y es precioso, como podéis ver. No tiene microchip y parece el típico perro de caza.
Centro Municipal de Acogida : 661 611 703
http://www.caalogro-o.es/quienes-somos.htm