Cuando llegamos a casa, solemos traer un montón de olores que son necesarios explorar. Nuestro gato se frota insistentemente contra nuestras piernas, reclamando atención, absorbiendo los aromas que traemos de la calle y dejando su propio olor en nuestra ropa, para lograr que todo huela como debe oler: a casa y a seguridad.
Si, además, volvemos de la calle con bolsas, compra o cualquier otra cosa, la inspección felina se hace obligatoria y, en la mayoría de los casos, es fácil encontrar la cabeza de nuestro gato, cuando no el cuerpo entero, dentro de la bolsa.
Korina es una gata de unos 9 meses menudita con cuerpo de eterno cachorro, divertida y muy cariñosa, se pasa el rato buscando mimos y caricias.
Se lleva bien con gatos, perros y todo tipo de personas. Si quieres adoptarla, contacta con dan.asociacion@gmail.com