En plena época de camadas, reivindico a los gatos adultos. Tienen el carácter formado y lo que ves, es lo que hay. No suelen dar sorpresas y, en general son más tranquilos que los cachorros que necesitan explorar el mundo por lo que, con los gatos adultos, aunque debes dedicarles tiempo, no tienes que estar tan pendiente de ellos y no te ponen el corazón en vilo cuando no los ves.
Los cachorros son geniales, muy divertidos pero agotadores. Trepan, saltan, se esconden, cazan todo lo que tienen a mano (incluidos manos y pies humanos)…., no paran. Casi todas las personas que adoptan un gato, suelen elegir a los pequeños y no me extraña, porque son adorables pero, a estas alturas, prefiero, los gatos ya creciditos, con historia y experiencia en la mirada que, además, suelen estar más necesitados de esa segunda oportunidad.
Manhattan tiene año y medio y llegó a Esperanza Felina con su camada de cachorros recién nacidos. Los peques van saliendo adelante y muchos han sido adoptados o están en proceso pero nadie se fija en la madre, tranquila tímida y buena, que pasa totalmente desapercibida en beneficio de sus gatitos.
Es una gata cariñosa que se deja hacer pero que necesita un hogar definitivo donde desplegar todos los encantos de la preciosa carey que es.
Para adoptar a esta gatita podéis escribir a adopcionesesperanzafelina@gmail.com