Cuando nuestro perro salta a recibirnos a la vuelta a casa, el premio inmediato es nuestra atención (incluso cuando nos enfadamos) así que nuestra tarea consiste en invitar a nuestro perro a hacer algo diferente a saltar, para que consiga la recompensa que busca en forma de caricias y atención.
En vez de regañarle es mejor buscar que haga algo fácil, como sentarse o permanecer de pie tranquilo. Si el perro responde como esperamos, es la hora de recompensar como él espera, es decir, con atención y caricias.
Si recomendamos buscar conductas sustitutorias simples es porque, en muchas ocasiones, debido a la excitación, el sentado viene acompañado, de un saltito más o menos visible. Si premiamos esa conducta encadenada, realmente, estamos premiando la última acción, el salto o lo que es lo mismo, justo la conducta que queríamos evitar.
Denia tiene tres años y medio, de tamaño mediano, es una perra activa, sociable y muy cariñosa. Rescatada de la perrera, ahora espera su hogar definitivo. Acostumbrada a ir en coche, a la vida en familia y a pasear con correa, se lleva bien con otros perros. Ideal para personas amantes del deporte y la naturaleza.
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