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Rosa Roldán

Perrygatos. Perros y gatos

Sentando las bases para una buena convivencia felina

Para cualquier propietario la máxima preocupación es que, su gato tenga todo lo necesario para ser feliz, aun sabiendo que el entorno doméstico puede resultar, en ocasiones, poco estimulante para él.

Para que nuestro pequeño pueda desplegar todas sus habilidades, debemos poner de nuestra parte, para dotar nuestro hogar de todo lo necesario para que el gato practique conductas habituales en el medio natural como son la exploración y la búsqueda de alimento y que resultan absolutamente necesarias para su bienestar psicológico.

Es importante aumentar su espacio, hasta hacerlo tridimensional. Para ello podemos colocar rampas, estantes, plataformas, rascadores, escaleras… Hay opciones para todos los bolsillos y aunque pensamos que ya tienen bastante espacio, renovarlo de vez en cuando es bueno, ya que fomentará la curiosidad natural por los sitios nuevos.

Suelen gustarles los lugares altos para vigilar todo y refugiarse, si lo necesitan, ya que les proporciona sensación de seguridad mientras cotillean lo que pasa a su alrededor.

Si optamos por instalar un rascador, éste debe ser firme y estable, puesto que, si se mueve o se desestabiliza durante su uso, jamás volverá a usarlo.

Si además lo instalamos cerca de las ventanas, tendremos a un gato de lo más informado de todo lo que ocurre en el barrio.

Cosas normales en ellos pero molestas para nosotros.

Un gato siempre es un gato y debemos ser conscientes que, hay determinadas conductas que, aun siendo totalmente normales para él, pueden ser molestas para nosotros, pero que jamás deben ser castigadas, aunque sí se pueden tomar medidas para prevenirlas o reducirlas.

Mi gato me muerde ¿Por qué lo hace?

 Esta es una de las consultas más repetidas en el caso de los gatos pero, lo cierto es que no hay una sola respuesta y deberemos tomarnos nuestro tiempo para encontrar la más adecuada a cada situación. Cuando un gato muerde, puede ser por muchos motivos pero no debemos perder de vista que por naturaleza, es un animal cazador y como tal, uno de sus juegos preferidos es el del acecho y la caza. Debemos conocer la forma de fomentar este juego, desde la llegada del animal a casa, de una forma agradable para nuestro amiguito, pero segura para nosotros.

 

 Cuando el juego se convierte en agresión

Cuando llega un gatito a casa, nunca debemos acostumbrarle a jugar con nuestras manos pues, por gracioso que nos parezca al principio cuando los dientecitos de leche apenas son agujitas, se convierte en un juego peligroso cuando el animalito crece. Para el gato adulto sigue siendo un juego que, además, no entiende que nos enfademos por algo que nosotros mismos hemos consentido.

Aunque cada gato tiene sus propios gustos, en general a la mayoría les gustan aquellos juguetes que simulan pequeñas presas, fácilmente transportables y ligeros, como por ejemplo, ratones o pelotas blanditas que pueden atrapar con la boca y las garras.

También suele gustarles que hagan ruido cuando se los toca, aunque hay algunos que rehúyen este tipo de juguetes. Todo es cuestión de probar.

 

Caricias que matan

 Si estás acariciando a tu gato mientras lees o ves la televisión y, de repente se cuelga de la mano con uñas y dientes, lo mejor es quedarse inmóvil puesto que, al menor movimiento, se podría desencadenar un ataque de verdad. En poco tiempo, el gato pierde interés y se aleja.

Al estar inmersos en otra actividad, nos hemos perdido todos los avisos del gato (A todos nos pueden gustar las caricias pero el exceso, cansa). La clave suele estar en la cola puesto que si empieza a moverla de un lado a otro, es el momento ideal de parar la sesión. Cada animal tiene su propio nivel de tolerancia y, es nuestra responsabilidad conocerlo y respetarlo.

El vientre de los gatos es una zona hipersensible. Es raro que un gato soporte durante largo rato las caricias en esa zona, probablemente porque es la región más vulnerable del cuerpo felino. No debemos olvidar que un gato que se tumba sobre el costado, tiene todo el arsenal felino (boca y garras) dispuesto para defenderse en caso de que lo considere necesario. En gatos que no conocemos, nunca deberíamos rascarle la barriga aunque nos la ofrezca.

Si es tu gato y compruebas que, mientras lo acaricias, se relaja y estira las patas mientras ronronea, puedes seguir un poco más pero sin pasarte en la presión sobre los laterales y el vientre.

Si, de repente, deja de ronronear, se encorva, dilata las pupilas o agacha las orejas, es mejor que dejes la sesión de caricias para otra ocasión pues, si no paras inmediatamente, seguramente tu gato te lo hará saber de una forma desagradable.

Cazando la comida….

 Nuestro gato doméstico realiza varias pequeñas comidas repartidas a lo largo del día (entre 18 y 20 tomas diarias, es decir, el equivalente a unas 15 presas pequeñas). En la naturaleza, debería “emplearse” a fondo en cazar la comida pero en casa, lo tienen mucho más fácil.

Como resultado, hay gatos que desarrollan cierta ansiedad por la comida e incluso pueden padecer de obesidad.

En el mercado podemos encontrar un montón de juegos que estimulan la inteligencia y el movimiento de nuestro gato: Circuitos, tententiesos, bolas que se pueden rellenar con comida y precisan del movimiento para extraer el pienso… De esta manera, estimulamos la conducta de caza y exploración del animalito mientras se gana la comida.

 

 Resumiendo…

El gato ha querido compartir su vida con nosotros en nuestra casa pero, para que sea feliz debemos conocer y respetar su naturaleza y poner los medios necesarios para que ambos podamos disfrutar más de la relación.

Colaboración con la Revista Especies Nº 177 (Julio-Agosto 2014)

En Agosto, tenemos preparado un taller diferente para comentar ideas, hablar de gatos y practicar en la zona felina de Guardería Lola y Zar en Cañas.

http://www.perrygatos.es/gatos/taller-enriquecimiento-ambiental/

Temas

Educación y conducta canina y felina para La Rioja. www.perrygatos.es

Sobre el autor

https://perrygatos.com/

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