Los gatos no odian el agua. De hecho, a la mayoría, les gusta beber y mojar sus patitas en agua que fluye de grifos. Lo que realmente detestan los gatos, es que su piel se moje. Cuando el pelo felino se moja, por su especial diseño, absorbe el agua y la almacena en la raíz, lo que provoca que la protección natural del manto contra el frio, se pierda.
La capacidad de mantener el calor corporal se vulnera y, en estado natural, este hecho podría poner en peligro la supervivencia del animal. Aunque un gato doméstico que viva dentro de casa, no tenga peligro real de sufrir hipotermia, el instinto de conservación favorece este comportamiento de evitación.
Aston es un gatazo negro precioso. Muy cariñoso y hablador, solo busca mimos. Se lleva bien con gatos y con perros.
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