A muchos perros les encantan las caricias hasta el punto de volverse adictos a ellas. Inconscientemente, algunos propietarios les enseñan a depender del contacto físico y en más de una ocasión, los tienes masajeando al animal mientras están tomando un café o viendo la tele. Es importante aprender y enseñar a respetar el espacio propio de cada ser vivo puesto que, por maravilloso que nos parezca de entrada, tener un perro adicto a las caricias, puede resultar de lo más irritante, si no te deja en paz en ningún momento cuando estás en casa.
Dar tiempos de descanso y enseñarle a estar de forma relajada en la misma habitación que nosotros, sin que estemos necesariamente pegados el uno al otro, es una forma maravillosa de compartir y de disfrutar de la compañía mutua.
Pancho es un perrito estupendo al que le gustan las caricias pero también sabe entretenerse solo perfectamente. Está en acogida en la Guardería La Burra Lola y si quieres conocerlo puedes contactar con Laura en el Info@laburralola.es