La Dilatación-Torsión de Estómago es una de las afecciones más temidas por los propietarios de razas grandes, si no se trata a tiempo, puede causar la muerte del animal. Los perros de pecho profundo tienen mayor predisposición a padecer esta enfermedad, pero lo cierto es que todos los perros, sin excepción alguna, pueden verse afectados.
Las razas más perjudicadas suelen ser el Akita, el Perro de San Huberto, el Borzoi, el Rottweiler, el Weimaraner, el Bóxer, el Bullmastiff, el Caniche Mediano, el Dobermann, el Dogo de Burdeos, los Galgos, el Dogo Alemán, el Mastiff, el Mastín Español, el del Pirineo, el Napolitano, el Pastor Alemán, el Belga, los Setters, etc.
Consiste en una distensión aguda del estómago en la que éste puede llegar a torcerse sobre sí mismo. El estómago del perro está sujeto por dos ligamentos que, dependiendo de su talla y del volumen de la cavidad abdominal, pueden no ser suficientemente fuertes como para sostenerlo. El estómago puede bascular más de la cuenta por diferentes motivos: por el movimiento, los saltos, los cambios de postura, pero también como consecuencia de la Dilatación Gástrica, una acumulación de gases producidos por la fermentación que tiene lugar durante la digestión de los alimentos.
Cuando se produce, nuestro perro puede mostrar alguno de estos signos
Ante la menor sospecha, debemos actuar rápidamente y llevarlo de inmediato al veterinario. Cada segundo que pase puede agravar su estado general y en un par o tres de horas el perro puede entrar en un coma irreversible y morir.
Información: Mundoanimalia