Anoche repasando las pautas de presentación de dos preciosos gatos, me daba cuenta de, lo grandísimos maestros que son los animales y de todo el camino que queda por recorrer, para llegar a entenderlos realmente.
Después de largo tiempo de probar diferentes técnicas, trabajando en equipo con el vete, de no agobiar a los animales, de dar espacios, de crear lugares seguros para cada uno…., al final, se ha producido el milagro. No es un tanto que deba apuntarme puesto que, han sido los gatunos, los que finalmente han sentado las bases de una futura convivencia. Ellos mismos han sido los que han decidido lanzarse a la piscina, dejándonos maravillados y con la boca abierta ante semejante lección.
Tras la certeza de que las cosas han cambiado, estoy embargada de sentimientos enfrentados. Rabia hacia mí misma por no haberlo visto antes, por no haberlos sabido “escuchar”, e interpretar lo que nos querían decir…. pero, ante todo y sobre todo, me siento feliz, ante la certeza de estar llegando al objetivo perseguido.
Suerte de compartir el camino con una gran persona, que nunca pensó en tirar la toalla, que siguió consejos y que confió en cada paso. Al final, siempre hay luz al final del túnel y, ahora por fin, la vemos. Espero haber servido al menos de apoyo en este trayecto del que queda la parte final, la más reconfortante, que afrontaremos con ánimos renovados.
Como Odín, hay muchos gatos es Esperanza Felina necesitados de un hogar. Si quieres conocerlos, entra en http://www.esperanzafelina.com/