Para poder ayudar a un animal, lo primero es conocer la naturaleza de ese animal (lo que es normal o no según su especie, no para nosotros), conocer su lenguaje, e interpretar correctamente las señales que nos envía ese individuo en concreto, para poder trabajar a favor de sus propias necesidades, ajustándolas, en la medida de lo posible a las nuestras, para lograr una convivencia beneficiosa para ambos. Al igual que ocurre con las personas, cada animal es un mundo, y no todas las técnicas sirven por igual para todos, sino que hay que saber usarlas y adaptarlas para cada caso particular.
Polín aún no ha cumplido los cinco años y necesita un nuevo hogar. Fue adoptado tras sufrir un parvo terrible, pero es un luchador y salió adelante. Ahora se queda sin familia pero quiere seguir luchando.
Los que lo conocen, me cuentan que este bretoncito de tamaño mediano, tiene un carácter estupendo, es buenísimo y muy tranquilo. Está acostumbrado a vivir en piso y en ciudad. Además, aunque las fotos no le hacen justicia, es guapísimo.
Contacto: maria.lahoz@gmail.com