Pese a la creencia popular, ni los bigotes, ni las orejas son las partes más sensibles del cuerpo de un gato.
Las patas, concretamente las almohadillas, son las zonas más sensibles… Los innumerables nervios que poseen, detectan la presión, la temperatura y el dolor. Por eso, una forma de reconocer cuando el gato está a gusto, es cuando amasa nuestro cuerpo o una manta.
Asia es especialista en amasar. Está a punto de cumplir dos añitos y es una gata cariñosa, sociable y preciosa. Se lleva bien con otros gatos y con las personas de maravilla.
Asia necesita una casa para siempre, una familia que la quiera y la cuide cómo ella se merece.
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