¿Sabíais que los bigotes del gato funcionan como receptores de tacto y que se denominan vibrisas?. Este tipo especial de pelos, son extremadamente sensibles y proporcionan al gato una gran cantidad de información como, por ejemplo, la presencia de obstáculos, presas, distancia, corrientes de aire e, incluso, las dimensiones de espacios a atravesar.
Este último detalle es especialmente importante en gatos silvestres que sobreviven gracias a su instinto y su buena forma.
Actualmente, entre los gatos domésticos, se ha extendido cierta tendencia a la obesidad que hace que no todos nuestros gatos, pasen necesariamente por los espacios que delimitan sus vibrisas.
Las vibrisas son los primeros pelos que se desarrollan en el útero materno. Poseen el doble de grosor que cualquiera de los otros tipos de pelo y se insertan profundamente en la piel. Cada pelo dispone de su propio músculo erector que le dota de movimiento y la raíz de cada uno de ellos se aloja dentro de una cápsula rellena de sangre conectada a una red de nervios sensoriales. Por eso, no se deben cortar, aunque, se renuevan de forma natural cada cierto tiempo por lo que, no es raro, encontrar alguno de vez en cuando.
Estos pelos, denominados vibrisas dotan de expresividad a nuestro gato. Los bigotes acompañan el movimiento de orejas, ojos y son un claro indicador del estado de ánimo del felino.
Los gatos tienen 4 tipos de vibrisas:
• Mistaciales que son los bigotes propiamente dichos.
• Genales, que crecen en los laterales de los ojos
• Superciliares, que nacen por encima de los ojos
• Mandibulares, que salen de la barbilla.
Además de esos, también encontramos unos pelos parecidos también receptores de tacto, en la parte trasera de cada pata delantera.
Electra es de lo más expresiva. Guapa y cariñosa es perfecta para aquella persona que busque una buena compañera .
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