Si estos días quieres afianzar la llamada con tu perro, aprovecha los paseos, llámalo de vez en cuando y premia cada vez que acuda (una caricia o una palabra amable puede bastar). Cógele del collar de vez en cuando y vuelve a liberarlo inmediatamente para que siga jugando. Si solo lo llamamos cuando nos volvemos a casa, enseguida aprenderá que nuestra llamada significa fin de la diversión y cada vez remoloneará más ante nuestras demandas. Si cada vez que regresa a nuestro lado, dejamos que pase de largo sin que exista contacto físico, será difícil agarrarlo en caso necesario pues habrá aprendido a zafarse y lo considerará un juego más.
http://perrygatos.es/art%C3%ADculos/colaboraciones-con-publicaciones/cuando-le-llamo-y-no-acude/