Los gatos se han hecho hueco en los hogares españoles. Muchas personas los eligen como compañeros por su elegancia, facilidad de mantenimiento y por supuesto, su carácter más o menos independiente, curioso, dormilón y dotado de una admirable destreza física.
Cada gato es único. Necesita su propio espacio, que debe ser respetado, para una adecuada convivencia. Sin embargo, en el fondo, los gatos de casa dependen de nosotros y nos consideran sus madres/cuidadores/admiradores. El gato nos enseña a descifrar su lenguaje corporal o sus maullidos, en función de sus propias necesidades, para que nosotros podamos atenderlas lo antes posible. Si aún no habías reparado en ello, puedes advertir un ejemplo cuando el animalito se acerca con la cola tiesa en alto al igual que hacen los cachorros cuando corren hacia su madre gata. De este modo, el gato de casa, aprende a reclamar nuestra atención cuando tiene hambre, se siente incómodo o simplemente requiere de nuestra presencia tal como lo hacía con su madre cuando era pequeño.
La convivencia entre personas y gatos, siempre está marcada por la buena relación con el animal. Conseguir que nuestro gato acepte de buen grado el contacto y la presencia humana facilita enormemente que todo sea más fácil. Hoy te damos algunas pistas….