Hoy te proponemos un ejercicio para practicar durante el paseo con tu perro.
Busca una zona canina cerrada, un jardín vallado, o un área segura donde trabajar, y suelta a tu perro. Esconde la comida, juguetes o todo aquello que normalmente uses para atraer su atención (mejor si los dejas directamente en casa).
Déjale que se aleje mientras cuentas hasta cinco, de forma pausada, y llámalo. Puedes usar su nombre, una palabra cariñosa que conozca pero, en ningún caso, puedes usar la palabra mágica “TOMA”.
Entre los posibles resultados, podemos encontrar:
Anota el resultado y valora la respuesta de tu perro como un indicador fiable de su grado de compromiso contigo. La llamada ha de ser un punto de conexión entre tú y tu perro Simple, sin artificios, solo entre dos seres sin nada más de por medio que lo contamine.
Si no está funcionando de forma adecuada, debes plantearte qué puede estar fallando y por qué, para poner los medios adecuados bien cambiando cosas en la relación con tu perro o a través de la ayuda de un profesional, que os pueda acompañar en el proceso.