No recuerdo las veces que he dicho que los gatos caseros no saben vivir en la calle pero, sigue habiendo personas que se empeñan en intentar demostrar lo contrario, con consecuencias desgarradoras para los animales que sufren la experiencia. La protagonista de hoy, un día tuvo casa. Seguro que fue el capricho de alguien que decidió que sería “chic” comprar una persa blanca de ojos azules que hiciera bonito en casa. Pero claro, los animales no son peluches. Necesitan atención y cariño además de comida; Deben ir al veterinario si se ponen malitos. Necesitan hacer ejercicio. Así que cuando el gato pasó de ser un capricho a ser un incordio, alguien decidió que lo mejor era dejarla en la calle puesto que, seguro sabría defenderse. Pero un gato casero no ha aprendido a cazar, porque nunca le ha hecho falta; No sabe buscar cobijo ni sabe defenderse, así que esta pobre después de pasar un tiempo indeterminado en la calle pasando hambre y frío, dio con sus huesos en la perrera municipal de Logroño donde finalmente toda su miseria acabaría en forma de eutanasia. Pero ella ha tenido más de suerte que otros que acaban allí o, peor aún, muertos en la calle de hambre o a manos de algún desalmado, al que se acercaron confiados en busca de una caricia. Ahora ella está en una casa de acogida de Animales Rioja. Está sana, solo tiene hambre. Mucha hambre de comida y de cariño. Necesita tiempo para olvidar y recuperarse y un buen corte para recuperar la belleza perdida. Pero aun así, en las fotos se puede ver su mirada. Triste y aliviada a la vez por tener una nueva oportunidad. Porque alguien decidió que aún no había llegado su hora y porque debajo de la mugre y los nudos tan solo había un ser vivo hambriento de cariño.
Si quieres ayudarla acogiendo o adoptando, puedes ampliar información contactando con animalesrioja@gmail.com