Los perros pueden y deben ser educados desde edades muy tempranas. Aprenden rápido y sienten predilección por seguirnos a todos los lados. Son como un libro en blanco y fijan rápido aunque también se aburren y pierden el interés con la misma rapidez. Hay que recordad que son cachorros y que como tal, debemos tratarlos.
El objetivo de la educación temprana no es adiestrar al perro, sino ir modelándolo para que, cuando madure, sea un animal equilibrado y libre de problemas de comportamiento.
Los primeros cuatro meses de vida son fundamentales. Se denomina el periodo crítico de socialización y es donde deben conocer, de manera gradual, la mayor cantidad de estímulos a los que se enfrentarán durante el resto de la vida (diferentes tipos de personas como niños, adultos, bebés, anciano…., ruidos, otros perros y otros animales… todo lo que se nos ocurra)
Durante ese periodo crítico, es importante vigilar el estado emocional y el equilibrio del cachorro. Le encanta jugar con todo y con todos pero, el exceso de juego, puede derivar en un animalito estresado e hiperactivo. Juego sí, pero con medida.
Los tiempos de entrenamiento y aprendizaje deben ser cortos, divertidos y agradables.
Es importante empezar en un entorno donde el cachorro no se nos despiste a la mínima, por ejemplo, una habitación, e ir introduciendo distracciones progresivamente.
Todo es nuevo para nosotros y para él. Lo importante es disfrutar con nuestro perro e ir avanzando poco a poco. Los perros, al igual que los niños, se despistan a la mínima pero, todo el tiempo que inviertas ahora con él, tendrá sus beneficios en el futuro perro adulto. Todo lo que enseñamos, se va fijando mediante las repeticiones en el tiempo hasta que el perro consigue automatizar determinados comportamientos. No se trata de que aprenda todo a la primera. Se trata de que disfrute aprendiendo y que nosotros disfrutemos del proceso.
La protagonista de hoy no tiene nombre, ni madre ni, de momento, un dueño responsable. Ha aparecido en una caja de cartón, muerta de frío y hambre. Es una preciosa hembra y busca una familia que la quiera.
Al principio sólo lloraba. Ahora corre y juega con los demás como una loca. Parece que será de carácter muy alegre a pesar de haber sentido ya, la soledad, el frío y el hambre a tan corta edad. Ojalá que hoy, día de la lotería, ella encuentre ese ansiado premio que es un hogar. Si quieres y puedes adoptarla, contacta con: