Diariamente, la red me da la oportunidad de conocer a buena gente y grandes profesionales que comparten mi pasión y mi trabajo. Aprendemos unos de otros y pasamos buenos ratos, comentando nuestras cosas. A muchos de ellos, he podido conocerlos personalmente a lo largo del tiempo. Siempre es bueno ponernos cara y voz.. Con otros, me une una amistad virtual pero muy fuerte. Juntos vamos compartiendo buenos y malos momentos e intentamos apoyarnos entre nosotros.
Con la gran familia de Mascoteros Solidarios, me une una profunda complicidad, pues he estado vinculada al proyecto desde su inicio, aunque fuera en la distancia. Hoy es un día triste para todos los Mascoteros. Blanquita descansa en paz en el Puente del Arco iris, con todos esos peques que a todos se nos han ido. Siempre es duro despedir a nuestros amigos pero, cuando se ha luchado tanto por ellos, de manera incansable, duele en el alma, que el destino no le haya dado esa oportunidad que merecía.
Su historia es como la de tantos otros perros que por cualquier razón absurda, terminan desechados y condenados al abandono y al olvido. Fue adquirida de cachorra para participar en competiciones pero, por un desafortunado descuido, cayó por una ventana fracturándose las dos patas traseras y la columna. El diagnóstico no dejaba lugar a dudas. Blanquita se quedaba paralítica. Ya no podía competir y su destino fue la perrera. Una llamada deseperada de una colaboradora de Mascoteros puso la maquinaria en marcha. Los veterinarios se aprestaron a hacer su trabajo para dotar a Blanquita de la mejor calidad de vida posible. Una pareja abrió las puertas de su casa para hacer de acogida durante el larguísimo postoperatorio.
Desde que Blanquita llegó ha sido la niña bonita de la casa. Allí la han mimado, han llorado con sus progresos, la han bañado, la han peinado, y todo con tanto amor que la expresión de Blanquita cambió de manera extraordinaria en muy poco tiempo.
Nochevieja marcó el punto de inflexión. Blanquita empeoró. Y allí, a su lado, como siempre, estuvieron Carlos, Marta, Melany, Sara, Josep, Izard e Inés acariciándola mientras intentaban el milagro.
No pudo ser. Ahora Blanquita se nos ha ido en silencio, despacito, en paz. Parecía decir “shhhhhh, no llóreis, no pasa nada, he sido muy feliz estas semanas, ahora tan solo quiero descansar…”
Ojalá este año no tengamos que llorar más
http://www.mascoterossolidarios.org/
Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris.
Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris.
Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos.
Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo.
Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados.
Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás.
Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido.
Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón.
Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos…