Intento subir al Refugio de la Asociación Protectora de Animales de La Rioja (APA Rioja) una media de cuatro días por semana. Es una bonita forma de aprender y aportarle. Allí coincido con las trabajadoras de la Asociación y otras personas que, como yo, pasan un rato con los perros.
Las trabajadoras son como la familia que todos esos perros quisieran tener. Son su referencia diaria y permanente. Son las que limpian, alimentan y cuidan a todos los habitantes caninos de este particular “hotel”. Los voluntarios y padrinos somos como los tíos favoritos de los perros. Los sacamos a pasear, rompiendo su rutina, les llevamos chuches, les alegramos el día y ellos a nosotros. Los perros nos reconocen y nos saludan alegremente, en su propio lenguaje, desde la puerta.
Algunos llevan poco tiempo. Los más, tienen suerte y encuentran rápidamente una familia dispuesta a darles otra oportunidad. Otros, pasarán prácticamente su vida entera allí. No han conocido otro hogar que el Refugio. Salen un rato, pasean y permanecen el resto del día, esperando el momento de salir otra vez. Se acostumbran a la rutina. Los perros se dejan llevar y asumen rápidamente cómo funcionan las cosas.
No digo que esté mal. Digo que es triste que, porque alguien no los quisiera en su momento y porque hay muchos más en su misma situación, quizá no llegue el día en que conozcan una familia de verdad. Pasarán su vida atados a su rutina. A veces, esa sensación de pena me invade, porque no es justo. Nadie les pidió nacer pero llegaron a este mundo y, luego, nadie los quería o se cansaron demasiado pronto de ellos. Hubieran acabado sus días en la perrera o en una cuneta. Ahora, por lo menos, tienen su lugar y una especie de familia. El Refugio se ideó como lugar de paso para recuperar animales en tanto encontraban hogar. A fecha de hoy, se ha convertido en hogar permanente de algunos de nuestros veteranos. Demasiado perros buscando hogar. Demasiadas pocas adopciones. Quizá porque, me toca tan de cerca, a veces me altero fácilmente con algunas cosas.
Hoy entono el “mea culpa”. A veces creo que destilo demasiado veneno y, si a alguien he ofendido con algunos de mis comentarios en días pasados en este u otros foros, pido sinceras disculpas. He de reconocer que me gusta debatir y, hasta discutir, siempre que sea en el buen sentido de la palabra. Es decir, que todos podamos exponer nuestras opiniones, argumentarlas, contrastarlas, aportar ideas, refutar unas y otras y, si hace falta, hasta enfadarnos un poco para tirar adelante. Creo que de cualquier conflicto, se sale reforzado y con nuevas perspectivas. En empresas privadas, este tipo de dinámicas, se usan mucho para acometer nuevos retos e ideas de futuro y, estoy convencida de su utilidad.
Intento ser objetiva y respetar a todos en sus opiniones pero quizá, a veces, me pueden las ganas de entrar al trapo y hacer de Pepito Grillo o, incluso, de repelente Niño Vicente. Creo que estamos muchas personas preocupadas por lo mismo y ese el primer paso para hacer cosas. El segundo es organizarse y crear un plan de acción consensuado. Por eso, hoy aprovecho mi espacio personal para poner en orden todas las ideas que tengo YO para acometer la elevada tasa de abandono animal, y por ende, sacrificio, de nuestra comunidad autónoma. Si la solución fuera sencilla, no estaría escribiendo esto. El problema estaría solucionado, estoy segura.
Como llevo bastante tiempo vinculada a este tema, conozco, colaboro y valoro la labor de las entidades que, en La Rioja, trabajan por el bienestar animal. APA Rioja, Animales Rioja y Galgos 112, acometen, diariamente, la ingrata labor de lidiar con abandonos, animales recogidos en condiciones inhumanas y casos de crueldad extrema. La parte buena es ver al animal recuperado y feliz en su nueva familia. Las tres, están vinculadas por un mismo objetivo, escasos recursos para llegar a todo, demasiados casos (y todos urgentes) y muchísima voluntad. Hay mucha buena gente que se ha dejado la piel mucho antes y mucho más que yo y que se la sigue dejando diariamente. Personalmente, soy de las que piensan, que la unión hace la fuerza, pero también es una opinión totalmente personal. Todas ellas, hacen una labor extraordinaria y creo que no hay que forzar, todo llegará. Las mueve un mismo fin y lo importante es buscar soluciones para el problema común.
Como dije en otra ocasión, soy plenamente consciente que este blog lo siguen personas que, al igual que yo, se sienten amantes de los animales que nos rodean y conviven con nosotros. Es difícil llegar al resto de gente, que no sienten lo mismo. Quizá con el tiempo, lleguemos a ellos. Seguro que encontramos personas con buenas ideas a las que también es preciso escuchar.
Personalmente, estoy convencida que la solución al abandono, pasa por que no lleguen tantísimos cachorros a este mundo. Así dicho parece fácil, pero es complicadísimo pues llevamos muchos años sin encontrar la solución definitiva. Si se reduce esta cifra, tendremos parte de la batalla ganada. Tenemos una legislación bastante completa en la materia, pero que no se termina de cumplir. Soy de las que piensan que no merece la pena seguir legislando si no ponemos los medios necesarios para cumplir lo ya establecido. Quizá haya que revisar lo que ya hay, antes de seguir acumulando papel. La gente se acostumbra a incumplir porque no hay consecuencias y así nos va.
La identificación de los perros, gatos y hurones tiene carácter obligatorio en todo el territorio de la Comunidad Autónoma de La Rioja, en virtud del artículo 2 del Decreto 61/2004, de 3 de diciembre, y debe realizarse antes de que transcurran tres meses desde el nacimiento del animal. Es como el DNI del animal, independientemente de la función del can. El que no lleva chip, es como si no existiera para nuestra legislación. Se puede abandonar, maltratar o asesinar sin consecuencias. A todos los efectos, ese perro no existe. Si no fuera por aquellas personas que suben a la perrera a hacer fotos a esos desgraciados animales, nadie los conocería y morirían en el absoluto anonimato. ¿Es eso justo?
Ayer hablaba también de la falta de atención sanitaria como otra forma de maltrato animal. Nadie pregunta al perro o al gato si se quiere venir a vivir con nosotros. Cuando introducimos un animal en nuestro hogar o lo recogemos para una función específica, lo obligamos a depender de nosotros. En casi todas las situaciones, el animal come lo que le ponemos, duerme donde se lo indicamos…. Etc.
Según el artículo 34 de la Ley 2/2000, de 31 de mayo, tendrán la consideración de infracciones leves, entre otras, la posesión de un perro sin tenerlo debidamente censado.
Según el artículo 35 de la misma Ley, tendrán la consideración de infracciones graves:
a) La posesión de animales sin cumplir las normas de vacunaciones obligatorias, las básicas de desparasitación o cualquier otro tratamiento declarado obligatorio.
p) La no identificación de los animales de compañía, dentro de los tres meses siguientes a su nacimiento.
Según el artículo 36, tendrán la consideración de infracciones muy graves:
a) Maltratar o agredir físicamente a los animales o someterlos a cualquier otra práctica que les suponga sufrimientos o daños permanentes o la muerte, así como no facilitarles alimentación.
Y si, finalmente, decidimos hacer uso de las herramientas de las que ya disponemos y nos vamos a donde duele, que es el bolsillo, las sanciones, en función de la gravedad de las infracciones, varía de forma notable:
Si tenemos las herramientas para empezar, ahora toca empezar en serio y hacer algo por cambiar esta dura realidad.
La solución pasa, una vez más, por el control y el endurecimiento de las penas para los que incumplen, ceden o abandonan. La cifras exigen control, perros chipados y con cartilla al día. Camadas controladas y penas económicas por cesión. Quizá así, lleguemos a un día en que las cifras empiecen a reducirse y el sacrificio no sea necesario porque seamos capaces de asumir, por número, a esos perros en busca de un nuevo hogar.
Cada vez que subo a ver a los perros del Refugio, no puedo evitar pensar en todos los animales que hoy estarán en la perrera, esperando que alguien los rescate de la incertidumbre de su destino. Mañana igual ellos ya no están, pero habrá otros. Siempre hay más.
Dejo abierta la puerta a todo aquel que quiera colgar sus propias ideas y comentarios. Todos son bienvenidos.
El protagonista de hoy es Lur, fallecido en el Refugio de la Asociación Protectora de Animales de La Rioja el pasado domingo. Hay muchos otros abuelitos en el Refu, esperando encontrar un hogar. Son tranquilos y afables y precisan poco puesto que han aprendido a vivir con poco.
Lur fue explotado como perro de peleas durante su vida útil y, luego desechado. Llegó con un problema grave de agresividad mal controlada (no había aprendido otra cosa durante su vida) que se pudo reconducir. Durante los últimos años de su vida ha sido un perro dulce que disfrutaba de las visitas, de las salidas al sol y de las chuches que recogía de la mano con extrema dulzura. Te echaremos de menos Lur.