Hay un dicho popular que dice que tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de lo que hablamos.
Personalmente, no puedo estar más de acuerdo con él. Soy la primera que, de vez en cuando, se deja llevar por su parte más visceral a la hora de actual, sin pararse demasiado a reflexionar. Y eso me fastidia.
No se trata de llevarse bien con todo el mundo pero sí de valorar las cosas en su justa medida. Vale que la vida nos consume a todos. Muchos días necesitaría el doble de tiempo para hacer todo lo que debo y me gustaría y, eso, pasa factura. No hablamos entre nosotros todo lo que debiéramos y, se provocan malentendidos y situaciones desagradables fácilmente solucionables, mediando una buena comunicación. No se trata de dar la razón a todo. Se trata de mantener una actitud dialogante y abierta, dispuesta a ayudar en vez de a perjudicar. Lejos de mi intención hacer daño a nadie.
Esta mañana, llego tarde a mi cita. He pasado media mañana hablando por teléfono con varias personas, una de ellas perteneciente a la Junta Directiva de la APA, comentando sensaciones y las razones que mi impulsaron a tomar determinadas decisiones. Creo que ha sido positivo para todos.
Las cosas que hago, las hago siempre por un motivo. Mis motivos pueden estar acertados o ser erróneos por falta de información o de datos o, simplemente, porque me he dejado llevar. Nunca haré nada a mala fe y, sin en algo me equivoco o hiero a alguien sin motivo, siempre estaré dispuesta a rectificar.
Soy socia, colaboro y colaboraré siempre con la Asociación Protectora de Animales de La Rioja. Llevo el carnet de socia bien a la vista cuando abro la cartera para pagar cualquier compra. Gracias a la Asociación, entró en mi vida Gordo hace 12 años. Y como en toda buena familia, se pasan momentos buenos y malos. Pero de las situaciones difíciles se sale fortalecido.
Siempre les digo a la gente de sede (sobre todo a Montse) todo lo que admiro su labor. Personalmente, no valgo para ese cometido pues me parece que hay que estar hecho de determinada pasta para poder sobrevivir a la lluvia de llamadas y urgencias, así como algún que otro encontronazo, con personas que no entienden que la Asociación no se puede hacer cargo de su perrito, simplemente porque ya no lo quieren.
La labor de las personas que encabezan la asociación es ingrata, pero son las designadas por nosotros porque nadie más quería coger el testigo. Las alabanzas las recibe el conjunto de la Asociación pero las críticas recaen casi siempre en la persona. Habrá cosas que nos gusten y otras que nos gusten menos pero, creo que si nos tenemos que decir algo, debe ser entre personas y cara a cara.
El peor cáncer para un grupo, asociación o familia, es la falta de comunicación.
Y el post de hoy no pretende ser un ejemplo de buenismo pero sí de darle al César lo que es del César. Nunca llueve a gusto de todos pero, si algo he aprendido a lo largo de estos años, es que la labor de la Asociación está por encima de las personas que nos unimos persiguiendo el objetivo común del bienestar animal. Y, por ellos, seguimos en la lucha.
Y si alguien necesita aclaraciones extras, que me llame.
El de la foto es mi Gordo, adoptado en la Asociación Protectora de Animales de La Rioja en el año 2000. Si quieres adoptar a un amigo tan noble como él, contacta con la Asociación en el 679,06,46,46