Vivos, recuperados (o casi) y en Logroño. Viva y bravo: hemos vuelto. No nos dura mucho el regreso, porque mañana por la mañanita nos vamos volando a Málaga. En tren, en realidad, pero ya me entendéis.
A estas alturas de la película supongo que ya habréis leído, escuchado y hablado todo lo que se puede sobre el debut europeo del Naturhouse. No voy a insistir en lo mismo; algunas cosas, sin embargo, sí me apetece recordar para la posteridad.
Que nos robaron: Por si no lo había dicho antes, en fin. Kostov y Kostov, eran los árbitros. Nachevski, el delegado. Tres ladrones. No lo diré más.
Que nos pegaron: Como veían que les dejaban, los serbios dieron toda la estopa que quisieron y una poca más. Aquí no les dejarán, digo yo. Veremos entonces.
Que nos gritaron: Pero poco. Los serbios andaba de luto, o eso dicen, por la muerte del patriarca Pavle. Pero aún así… Vistos en la grada, dan su miedito.
Sasha: Nos podemos ir dando cuenta, señores. Tenemos en Logroño a un posible grande de este deporte. Ojito con Tioumentsev. Lleva tres partidos con el equipo a cuestas, a un nivel estraosférico. Y puede ser mejor.
El niño: Juárez va a un ritmo tremendo, y a una eficacia igual de tremenda. El domingo fue 7/7. Pero claro: a ver quién le para un penalti a uno que los tira con esta cara:
Gregor: Creo que no lo destaqué lo suficiente en las crónicas del periódico, y es injusto. Gregor Lorger estuvo muy, pero que muy bien.
Luego sigo, que hay más.